HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Febrero de 2013

Méritos inversos

Arturo Calle, un reconocido empresario bogotano del sector de las confecciones, decidió, como corresponde a cualquier ciudadano, ejercer su derecho a la libre expresión para referirse a la inequidad del cobro por valorización general que la Alcaldía Mayor pretende cobrar.

Más alláde la discusión técnica que corresponde sobre esa clase de contribuciones que, por arte de una decisión del Concejo Distrital avalada por el Consejo de Estado, se convierten en generales y por tanto en verdaderos impuestos directos a la propiedad, es lo cierto que se trata de una carga impositiva de lo más regresiva, porque no tiene en cuenta la capacidad económica del contribuyente sino únicamente el número de metros cuadrados de los que tenga la "fortuna" de ser propietario.

El señor Calle planteóla discusión y sus críticas a la valorización general a partir de señalar que él ya había pagado lo que le correspondía. No obstante ello, la respuesta del señor Alcalde Mayor ha sido extremadamente agresiva, no solo en contra del empresario, sino de lo que él representa.

El primer mandatario distrital cada vez se parece más a aquel expresidente de la República que es su Némesis. Mientras el ex convertía a cualquiera que lo criticara, incluso al ahora Alcalde, en "terrorista", éste ha decidido que ser "rico, acaudalado o acomodado" constituye delito.

Tal parece que para tener cabida en la "Política del Amor" hay que ser indigente, drogadicto o travesti. Ser propietario de cualquier predio, no importa donde quede, es sinónimo de riqueza. Y esos ricos, o los dueños de un vehículo, de cualquier clase, modelo o marca, son, según la Alcaldía,  enemigos públicos.

El Alcalde es de esa escuela ideológica que odia a los ricos y desprecia la actividad empresarial. Tal vez sea porque ha pasado la mayor parte de su vida en el monte dedicado a actividades al margen de la ley o amnistiado disfrutando de subsidios estatales, o en el servicio público, con la comodidad del sueldo fijo y los gastos pagos.

Los que nunca han intentado montar una empresa, grande, mediana o chica, o abierto un establecimiento de comercio, creen que los negocios son exitosos por arte de birlibirloque o por artilugios del malvado capitalismo. Nadie que no lo haya vivido, no sabe lo duro y angustioso que es ver llegar el fin de mes sin tener con quépagar la nómina, mientras crecen los inventarios, no aparecen los clientes y el banco acosa.

Mala idea del señor Alcalde Mayor y de algunos sectores de la izquierda esa de declarar el capital o a “los ricos”como objetivo de sus odios. En un mundo globalizado e interconectado electrónicamente, el capital puede cambiar de lugar con facilidad y velocidad asombrosas. Conviene no echar a los hombres de empresa, sino atraerlos, porque no hay mejor forma de erradicar la pobreza que con inversión y capital, o sino pregúntenle a los chinos o a los coreanos del sur.

Ya lo dijo Deng Xiaoping, no importa el color del gato con tal que cace ratones. Al gato no hay que espantarlo, hay que controlarlo.

@Quinternatte