HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Noviembre de 2011

Terror, temor y error 

 

 

Las Farc acaban de asesinar a mansalva y en estado de indefensión al coronel Édgar Yesid Duarte, a los tenientes Elkin Hernández y Álvaro Moreno y al sargento José Libio Martínez, a quienes prefirieron quitarles la vida antes que dejarlos retornar a la libertad después de haberlos mantenido secuestrados por más de 12 años.

La actuación del grupo guerrillero no debiera sorprender a nadie. La piedad no es, ni ha sido nunca, una de sus virtudes. Y eso que antes llamaban “moral revolucionaria”, hace rato que la perdieron, pues hoy no tienen más ética que la del mismo lucro que antes criticaban de la sociedad que supuestamente iban a cambiar.

Por esas razones y porque desde las épocas de alias “Mono Jojoy” se sabía que éste había dado la orden de matar los secuestrados antes que permitir su huida o su rescate, deja un mal sabor de boca lo poco que las FF.AA. han dejado saber de un operativo que terminó tan malamente.

Más allá de las reacciones emocionales que la vileza del asesinato de esos servidores públicos y el rescate del sargento Erazo producen, el alto mando militar y policial debe informarle claramente al país si se trató de un desafortunado encuentro ocasional en un patrullaje de rutina o de un operativo de rescate mal planeado y peor ejecutado o, en fin, qué exactamente fue lo que sucedió en ese trágico suceso.

Y de la rapidez y transparencia con que los organismos oficiales asuman sus propias responsabilidades, si es que las tienen, depende que las Farc y algunos de sus áulicos conscientes -o inconscientes- no tergiversen los hechos para transferir la responsabilidad de sus delitos de lesa humanidad a quienes nada tienen que ver con su decisión autónoma de secuestrar y asesinar colombianos.

Porque así como cuando se dio de baja en combate a alias “Alfonso Cano” salieron algunos analistas a decir no solo que “lo habían asesinado”, sino que el hecho había ocurrido precisamente cuando el personaje tenía lista una propuesta de paz, ahora ya están apareciendo voces que señalan la supuesta existencia de una carta de las Farc en la que prometían la liberación de varios secuestrados como gesto de paz previo a la iniciación de negociaciones. De ahí a señalar que las FF.AA. sabían de esa intención y que actuaron con el propósito declarado de oponerse a una salida negociada del conflicto, no hace falta sino un paso y un Colectivo que se encargue de “probarlo”.

Esa siempre ha sido la historia del país con las Farc, una eterna sucesión de mentiras que explotan nuestra esperanza de paz. Parece hora de pensar que una desmovilización integral de esa guerrilla es cada día más lejana pues no sólo están totalmente desconectados de la realidad nacional, sino que los avances del Estado los han ido dejando sin banderas. Y si se descuidan hasta los dejan sin negocio, pues ya el Presidente de Colombia no teme hablar de “otras estrategias” en la lucha contra el narcotráfico.Twitter: @quinternatte