Impuestos para la aviación | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Octubre de 2016

¿La única forma para el Estado obtener recursos es aumentando los impuestos? ¿No puede el gigante Estado ser más eficiente y ser productivo? ¿Acaso el Estado no es comparable con una gran compañía, la cual tiene un director que se encarga de hacer sus mejores esfuerzos para conducirla por el más eficiente camino posible y que están constantemente en la búsqueda de oportunidades de negocios para aumentar sus ganancias? Al parecer no. Sin ser experto en el tema tributario mi percepción como ciudadano es que “la fácil” es aumentar los impuestos. No se ve ningún esfuerzo por sacar esta economía adelante apuntándole a otros sectores y anticipándose a las nuevas oportunidades. Seguimos estancados en lo mismo que ya ni existe: petróleo etc. Al contrario, más impuestos, tres punticos en el IVA sí que pueden generar retrocesos en sectores económicos que hasta ahora han venido creciendo a dos dígitos. La industria aérea, por ejemplo. ¿Gracias a qué? A que la gente está volando más porque los tiquetes aéreos, a pesar de la trepada del dólar, siguen siendo asequibles. Pero los tiquetes aéreos están gravados con IVA, por lo tanto de aprobarse los tres punticos más de IVA esto puede cambiar porque los vuelve más caros. De otra parte, el llamado impuesto al carbono o impuestos verdes afectarían también la industria aérea al gravar el kerosene y el jet fuel en $148 pesos por galón. Para que se hagan una idea, un Boeing 787-8, Avianca los opera, se llena con 36.641 de U. S galones. Eso significaría un costo adicional de $5,422.868 -por llenada- que obviamente, la aerolínea va a cargar en el costo de los tiquetes aéreos.  No hay que olvidar que en la estructura de costos de operación de una aerolínea el 25% lo representa el combustible. Es más alto que el costo de la carga laboral. 

¿Por qué no se busca la plata en otra parte? ¿Tiene que ser en el bolsillo de la gente?  Échenle una revisada al cargo burocrático de Colombia. Al exagerado número de camionetas oficiales de altísimo valor, a la cantidad de asesores en entidades públicas, devengando los más altos sueldos del Estado, de la plata de nosotros los contribuyentes, pasando el rato mientras sus padrinos políticos los ascienden a un mejor puesto con más sueldo y más posibilidades de robar.

Es ahí donde tiene que mirar el ministro de Hacienda y los expertos economistas. No en el bolsillo del de a pie.

@ReyesJuanfelipe