JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Octubre de 2014

Del equilibrio de poderes

 

Cada rama del poder público cumple funciones claras y precisas en un sistema democrático; pero pareciera que, bajo pretexto de mantener un equilibrio de pesos y contrapesos entre éstas,  se aprovecha para reducir o someter algunas de ellas. Además, se aprovecha para tratar una serie de materias aledañas, que nada tienen que ver con el tema.

La primera pregunta que habría que hacerse es ¿qué es lo que está desequilibrado en los juzgamientos? Se supone que la justicia ordinaria debe  ocuparse de ello y la Corte Suprema de Justicia de los aforamientos como en todos los países. Para mantener el equilibrio, el Congreso debe investigar a los magistrados. Se piensa que hay  desequilibrio porque la Constitución del 91 aforó a los congresistas y otros altos funcionarios del Estado, dando la competencia para la investigación y juzgamiento de los eventuales delitos que pudieran cometer a la Corte Suprema de Justicia que es la máxima cabeza de la justicia ordinaria. No  creemos que ese desequilibrio exista, por el contrario, antes de la Constitución del 91 no existía este fuero especial y se presentaba una gran impunidad. La realidad es que sirvió el aforamiento y el ejemplo está en los resultados de  la parapolítica, con condenas y absoluciones, efectuadas por el máximo tribunal que ha actuado independientemente. Se critica que no hay doble instancia; pero es la consecuencia de un aforamiento en el más alto tribunal,  son los 9 más altos jueces los que juzgan; ello es un privilegio y también una garantía. Sin embargo, bien podría separarse la investigación y el juzgamiento y crear la doble instancia en el interior del mismo tribunal; ello nada tiene que ver con equilibrio entre poderes, sino con garantías procesales.

Se dice también que no hay equilibrio porque la Comisión de Acusación que es el órgano del Congreso de la República, competente para adelantar las investigaciones contra los magistrados de altas cortes y otros funcionarios, estableciendo el contrapeso, no es operante, no arroja resultados. Que por ello hay que crear otra Corte más, para juzgar algunos de los aforados. Eso no tiene presentación, pues les van a pedir a las demás cortes  en su Sala de Gobierno que lo integren y eso es precisamente renunciar al contrapeso; además que le van a atribuir la investigación de otros funcionarios, como el Fiscal y el Procurador, que nada tienen que ver con el contrapeso entre los poderes públicos. No hay por qué endiosar más a estos funcionarios.

El voto obligatorio es un tema colado, nada tiene que ver con el equilibrio de poderes; va contra los principios democráticos de la libertad de expresión, la abstención es una manera de pronunciarse;  pero además no se puede obligar a la gente a ir a votar, si no se le da transporte, piénsese en gentes alejadas de las cabeceras municipales, con niños o enfermos que cuidar. Para semejante imposición obligatoria, debería organizarse previamente que las personas puedan votar por correo o por Internet; eso sí cuando todo el mundo  lo tenga a su disposición, después que vuelvan, como pretende, tal derecho como fundamental.

Todo pareciera indicar, que la consabida reforma al equilibrio de poderes, está armando más embrollos de los esperados y lo mejor sería dejar las cosas como están. Hay que pensar es un reforma a la justicia en profundidad.