Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Febrero de 2015

Nicaragua y sus aviones

El Ejército de Nicaragua, en rueda de prensa convocada por el general de brigada Adolfo Zepeda ha informado que “para evitar el tráfico de aviones del narcotráfico en nuestro espacio aéreo se realizan gestiones para obtener medios cazas interceptores, aviación netamente defensiva, no aviones de ataque…Somos un país pacífico, respetuoso del ordenamiento internacional. Nuestras diferencias las llevamos a la Corte Internacional de Justicia y esos fallos Nicaragua los respeta”. Zepeda brindó estas declaraciones en respuesta a la intención de las Fuerzas Armadas de Colombia de reforzar su capacidad aérea en respuesta a los contactos de Nicaragua para adquirir Migs 29 u otros aviones cazas.  

El espacio aéreo es una porción de la atmósfera terrestre,  tanto sobre tierra como sobre agua, regulado por un país en particular. Con base en la legislación internacional la noción de espacio aéreo soberano corresponde con la definición  marítima de las aguas territoriales que serían 12 millas (22.2 kilómetros) hacia el exterior de la línea de costa. El espacio aéreo que queda por fuera de esta línea se considera internacional. Existen convenios de control de zonas de espacio aéreo. Estados Unidos, por ejemplo, controla la mayor parte  de las aguas internacionales del Océano Pacifico.

La lucha contra el narcotráfico debe ser propósito de Colombia y Nicaragua, pero la noticia se produce de manera extraña, al relacionarla con la sentencia de la Corte Internacional de Justicia del 2012, que el presidente Juan Manuel Santos declaró inaplicable sin que se haya dado desarrollo a esta decisión, aun cuando reconozco la actitud no beligerante del país vecino durante estos meses y la cautela en el patrullaje de aguas por parte de nuestras Fuerzas Armadas, con independencia del trámite en La Haya de la demanda respecto de extensión de la plataforma continental de Nicaragua, pretensión ante la cual ese organismo espero que se declare inhibido por cuanto no está dentro de sus atribuciones fijar extensión de plataformas continentales.

En cuanto a espacio aéreo lo conducente es coordinar acciones porque aviones de Colombia y Nicaragua volando una misma zona, con propósito similar, sin ningún acuerdo, es peligroso e incrementa tensiones. Desde hace tiempo he insistido en la necesidad de que Colombia y Nicaragua se pongan de acuerdo en temas vitales para ambos Estados y lo del espacio aéreo es fundamental. Seguimos, como el avestruz metiendo la cabeza en la arena y preocupa que, a corto plazo, haya aviones de ambos paises haciendo piruetas en espacio aéreo no precisado, para combatir el narcotráfico. Aun cuando he expresado en numerosas ocasiones opiniones en referencia a las relaciones de Colombia y Nicaragua estas no influyen porque prevalece el criterio de mejor no actuar. Quede esta nota como respetuosa advertencia.