Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Diciembre de 2015

2016

“Vamos a construir entre todos el mundo y el país”

 

El año que viene no pinta, pero lo viviremos a plenitud, así sea con dólar caro, el Estado Islámico rondando y la corrupción moviéndose. El número suena. Quienes presagiaron el fin del mundo para el año 1000 se equivocaron. Lo mismo ocurrió a los agoreros que lo pronosticaron para el 2000. El planeta seguirá existiendo durante muchos milenios.

 

En Colombia hay que firmar el acuerdo de paz con las Farc -ojalá en marzo- punto de despegue hacia el posconflicto, con las aclaraciones suficientes para votar el plebiscito de ratificación. Las Fuerzas Armadas merecen reconocimiento, han cumplido durante lustros su misión en defensa de las instituciones y la paz no se consolidará sin su concurso. Confiamos en que la anunciada reforma tributaria no limite la inversión productiva e incremente el desempleo, en que no se aumenten  puntos del IVA en perjuicio comunitario encareciendo la canasta familiar, para resolver el problema de déficit fiscal, en que no vendamos Isagen.

 

Continuaremos en el empeño de desenredar la sentencia de la Corte Internacional de La Haya, proferida en noviembre del 2012, que parceló el mar y en que dicho Tribunal acepte los argumentos opuestos a las pretensiones de Nicaragua referentes a la extensión de su plataforma continental. Veremos progresar las obras de infraestructura que coordina el vicepresidente Germán Vargas Lleras.

 

Confiamos en el restablecimiento de la democracia en Venezuela y en la reapertura de la frontera. Pedimos a los organizadores del concurso Miss Universo 2016 que no repitan el error de coronar y descoronar reinas, que afectó a nuestra bella candidata, en que la ciencia progrese, en que la justicia cumpla a cabalidad su misión y recupere su imagen. Anhelamos que el fútbol traiga satisfacciones, el clima sea benigno, el liderazgo mejore, el galeón San José si tenga los “tesoros” que conforman patrimonio cultural y puedan salir a flote para alborozo colectivo. 

 

En el 2015 la ausencia de sentido común predominó en Bogotá. En horas inicia su gestión el equipo Peñalosa al cual deseamos éxito. 

 

Tendremos un buen alcalde, preocupado por solucionar problemas, afianzar la civilidad y la cultura, mejorar la movilidad, reorganizar la administración y acertar en la mejor opción para construir el metro.

 

Del pasado queda la experiencia. La idea de quien previó un día en el cual los hombres destruirían el pasado fue absurda. En esto pienso cuando se va el 2015, que también deja cosas buenas. A la larga –lo señala Borges- “limas, umbrales, atlas, capas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos…Durarán más allá de nuestra vida, no sabrán nunca que nos hemos ido”. Vamos a construir entre todos en el mundo y Colombia el 2016. ¡Hagámoslo bien!