JAIME PINZÓN LÓPEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Septiembre de 2013

Fallo a pedazos ¡no!

 

La nueva demanda de Nicaragua ante la Corte de La Haya, con la solicitud de extender su plataforma continental a más de 200 millas, sitúa en entredicho el fallo proferido en noviembre del 2012, que Colombia ha expresado no puede aplicarse, pide incrementarlo y darle gusto a su afán expansionista. De prosperar tan compleja tesis quedarían en duda las fronteras y los Tratados al perder su Intangibilidad y Perpetuidad. Es cierto que existe una comisión de plataformas continentales de la ONU, pero sus recomendaciones se aplicarían por convenios y no por sentencias.

Ningún Estado acepta cambios de límites por la Corte Internacional de Justicia, que carece de jurisdicción para violentar Tratados. Hay fronteras milenarias, centenarias  y otras que se construyeron  después de la II Guerra Mundial. Las de América Latina son producto de un ingente esfuerzo a partir del Utis Possidetis Juris. El Tratado Esguerra Bárcenas sigue vigente y  en el hipotético caso de ser admitido el libelo, -que la Corte no está en condiciones de considerar- y se inicie un juicio, Colombia no debe repetir el error de notificarse e ir a dicho estrado cometiendo otra gran equivocación, como ya proponen acuciosos juristas.  

Esta extraña solicitud de abultar la sentencia va a rebotar, no por el retiro del Pacto de Bogotá y de la Corte comunicado hace diez meses por Colombia y que tendrá cumplimiento, en noviembre del 2013, sino por cuanto el Tribunal no posee atribuciones para golpear el Tratado que, desde el  año 2007, ratificó como válido y vigente, en contra de la ilícita postura de Nicaragua de haberlo “anulado” unilateralmente en 1980; y, porque en los considerandos de la sentencia inaplicable, estableció que se abstenía de estudiar el punto de esa plataforma continental extendida (Numeral 12), introducido abruptamente durante las audiencias, puesto que no se hallaba incluido en la demanda. Es indispensable comunicar a la Corte de La Haya, si quisiera notificar la nueva acción, que no tenemos litigio pendiente, reiterar que a la sentencia de noviembre del 2012 no caben adiciones.  Colombia, no tiene que agregar ninguna otra argumentación. La Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la comunidad internacional respaldarán la posición porque es caótico parcelar el mundo. Nuestra soberanía, el derecho y el sentido común, prevalecen.

Fallos a pedazos, imprecisos y confusos, ¡No! A los magistrados de la Corte de La Haya les compete analizar qué ocurrirá si abren puertas  a conflictos territoriales en América, África, Europa y  Asia con el rediseño de una geopolítica  revanchista  opuesta al Orden Internacional. ¿Qué tal, por ejemplo, si decide fallar sobre la plataforma continental extendida de Alaska, la de Australia o la de Argentina y las Malvinas cuyo estudio la comisión de plataformas de la ONU congeló hasta que exista “entendimiento” entre Argentina y Gran Bretaña? Y a nosotros corresponde defender los derechos vitales de sanandresanos y del país, sin desconocer los inherentes a los nacionales de Nicaragua, con quienes necesitamos convivir de manera armónica. El tema sí se extiende lejano a la integración continental. De todos modos, no hay que cerrar las puertas al diálogo.