JAIME PINZÓN LÓPEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Octubre de 2013

Y contar con los embajadores

Los  embajadores  de Colombia tienen la responsabilidad de explicar a la comunidad internacional la decisión de no aplicar la sentencia proferida por la Corte Internacional de Justicia, que afecta a terceros países con los cuales existen tratados vigentes y la expresa manifestación de aquiescencia a suscribir convenios, de conformidad con la geopolítica, el derecho internacional y la coexistencia pacífica que permitan superar diferencias, concretar inclusive programas conjuntos con Nicaragua y salvaguardar derechos inalienables de los nacionales de ambos Estados.

Los jefes de misión no estuvieron enterados -como tampoco lo estuvieron sus compatriotas- de la posición adoptada frente a la demanda de Nicaragua, incoada en el año 2001, basada en un acto ilícito internacional tendiente a desconocer la Perpetuidad e Intangibilidad del tratado Esguerra Bárcenas, ni del curso que tomó el asunto, después de haberse notificado Colombia. Privó el secreto como estrategia. Los agentes diplomáticos acreditados ante la Corte informaban de manera restringida a los presidentes de la República y a los cancilleres su línea de conducta convencidos del acierto de su gestión. En ocasiones se tocaba el tema en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Nuestros embajadores no supieron de la solicitud de un plazo de 16 meses para responder el libelo, ni de las débiles excepciones presentadas y cuando en el año 2007 se enteraron por los medios de comunicación, acerca de la ratificación de la validez del tratado seguramente quedaron sorprendidos con la determinación, en la sentencia, de no considerar límite sino “línea de aproximación”, el meridiano 82.

En cuanto al Congreso, tampoco se percató oficialmente de la notificación de la demanda, de su desarrollo, y menos de las  líneas sustitutivas en remplazo del meridiano 82. El tema estaba restringido hasta que llegó el fallo inaplicable de noviembre de 2012 y recientemente la solicitud de Nicaragua para que le reconozcan más plataforma continental, sin importar que la Corte no pueda hacerlo por carecer de jurisdicción.

Esperamos que nuestra Cancillería esté adoptando las correcciones pertinentes y que la totalidad de nuestros diplomáticos se encuentren informados de la posición  colombiana: Sentencia inaplicable y expresa manifestación respecto de la no factibilidad de la Corte de La Haya para extender la plataforma continental de Nicaragua, ni de ningún Estado. Con Internet y nueva tecnología el contacto es instantáneo. Hay temas puntuales reservados pero urge que la defensa de Colombia sea conocida. La Cancillería cuenta con historia, fortaleza útil y un buen número de funcionarios de carrera.

El manejo con tino de las relaciones está a prueba. En el área del Caribe los  emisarios del presidente Santos tienen que cohesionar la posición frente a las ambiciones expansionistas de Nicaragua.  En el caso de la embajada nuestra en Managua ello es imperioso. El diálogo con ese país es lógico que se inicie con las indicaciones pertinentes al embajador acreditado ante el Gobierno del presidente Daniel Ortega y a nuestros representantes en los organismos internacionales.