JAVIER A. BARRERA B. | El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Agosto de 2012

El Twitter de Uribe

 

Que hubiéramos estado, o no, a pocos pasos de entrar en un confrontación bélica con Venezuela es algo que amerita análisis. Sin embargo, más allá de la preocupación por una situación que se debería esclarecer está la dificultad aparente que sufre el expresidente Uribe por lograr medios de comunicación efectivos y no incendiarios.

El problema no es que el expresidente hable de forma constante en su cuenta de Twitter, el gran inconveniente es que se sienta en libertad de tratar las relaciones internacionales colombianas como si fuera una fonda paisa.

Ahora, si se piensa con cabeza fría, el episodio en general demuestra la incapacidad que tiene nuestra sociedad y nuestros gobernantes para pensar en el largo plazo y para dejar las emociones por fuera de las decisiones importantes.

Resulta insólito que en Colombia, una sociedad que ha sufrido las consecuencias sociales económicas y culturales de la violencia, alguien tenga la cabeza fría para encontrar en la guerra la solución a varios problemas.

Como si no fuera suficiente el desconocer los efectos de la guerra en la sociedad, el expresidente se entremete en temas de política internacional sin ningún tipo de mesura y continúa con su campaña de sabotaje y destrucción de la institucionalidad colombiana como si el país fuera una finca y él fuera el capataz eterno de la misma.

Además de esto, resulta inconsecuente que su gran argumento sea el “sentimiento patrio” y el “amor por Colombia”, cuando en realidad sus actos parecen estar más guiados por el rencor y por la necesidad de imponer una única visión, un país que no tiene sentido si no se alinea totalmente a la visión que Uribe tiene de la realidad.

Mi opinión es que, más allá de su intención de recurrir al lenguaje popular, y a la confrontación “callejera”, el expresidente Uribe actúa como el pescador perezoso que en función de sus intereses pesca con dinamita.

Algo que probablemente le va a servir a él para recuperar su capital político y su tan anhelado poder.

Seguramente el expresidente está consiguiendo la atención que busca para ubicar su próximo alfil en la silla presidencial y también estará logrando volver a poner su imagen en los medios y en los titulares de prensa.

Lo que pocos están contemplando es que en el camino a la cima Uribe está destruyendo las bases institucionales, y si logra su objetivo se verá en la obligación de reconstruir para llegar al mismo lugar en el que estamos hoy.

@barrerajavier