TLC con E.U., llegó la hora
Como no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, miles de pequeños y medianos productores tendrán que pagar el costo del intercambio comercial con E.U., porque en 15 días empezará una era que cambiará la estructura del mercado interno de lácteos y cárnicos que hasta hoy conocemos. La hora de la verdad llegó. Y ante este desolador panorama, volvimos a dedicar otra jornada de análisis, durante el Foro Internacional que organizó la Cámara Gremial de la Leche de Fedegan, con el objetivo de volver a buscar, a la luz de las experiencias internacionales, pero también de las propias y de cara a las precarias ventajas competitivas, salidas a la crisis que afrontarán los ganaderos.
Nadie discute las ventajas de una ganadería a base de pasturas naturales, fundada en los beneficios del trópico -agua y luminosidad abundantes- y su oferta ambiental y agroecológica, pero son insuficientes por los bajos parámetros productivos y reproductivos -propios del ganadero- y otros que comprometen al Estado, que impactan la capacidad sectorial para competir.
Una simple comparación muestra las asimetrías. Mientras E.U. con un hato de 94 millones de animales, ordeña 9 millones y produce anualmente 88 mil millones de litros; Colombia con 24 millones, ordeña 7.4 millones y produce 6 mil millones de litros al año. Catorce veces menos, pues los competidores americanos tienen un sistema especializado a base de maíz subsidiado -del cual es el mayor productor del mundo- lo que les permite tener un precio pagado por la leche al ganadero hasta un 30% por debajo del nuestro.
Pero hay más, EE.UU. ha desarrollado un sistema intermodal de transporte de mercancías, 30% más económico que el colombiano. Entre tanto, nosotros seguimos moviendo el 70% de la carga por carreteras con atraso de 60 años y por redes terciarias que hicieron agua con la ola invernal. Sólo tenemos pavimentado el 8,5% de 164 mil kilómetros.
Pero además de que no gozamos de admisibilidad en E.U., tendremos que medirnos con importaciones subsidiadas del mayor productor de carne del mundo y el 2 en lácteos, favorecidas además por la tasa de cambio. Desde que se negoció el tratado a la fecha, la revaluación del peso frente al dólar debe estar sobre otro 30% adicional.
Durante las dos décadas del Atpdea poco se aprovechó. ¿Cuál es entonces, la razón de optimismo de unos pocos -creo que sólo Colanta que, a propósito, también estuvo en el Cuarto de al Lado- que creen que ahora sí podrán exportar, cuando en el pasado las exportaciones de lácteos fueron marginales? Le recuerdo: el 67% de las subpartidas -347 de 519- estaba con cero arancel. Ahora es a otro precio: los beneficios son bilaterales y no unilaterales, como ocurría con el Atpdea. Amanecerá y veremos.
Pero mientras amanece, vale la pena que pensemos qué vamos hacer con más de 300 mil pequeños ganaderos. El impacto social será dramático, aunque lento y progresivo. La lección mexicana debe servirnos. Allá más del 70% de los productores desapareció. Y aquí como allá, el problema de pobreza y marginalidad está en el campo. No actuar de inmediato podría ser demasiado tarde y de consecuencias imprevisibles en empleo, bienestar y paz rural.
@jflafaurie
*Presidente Ejecutivo de Fedegan