JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Octubre de 2013

Buenos datos en empleo

 

Recibimos  esta semana la buena noticia del comportamiento del empleo en Colombia al mes de agosto. En un hecho sin precedentes y muy poco esperado, la tasa de desempleo, en medio del paro nacional, retrocedió una vez más para ubicarse en la más baja de los últimos 13 años. De la mano de lo anterior estos sobresalientes resultados se dan con el aumento de la tasa de participación (que relaciona la población económicamente activa contra la población en edad de trabajar), situación que los hace más meritorios, pues habría más personas en posibilidad de ser parte de la masa de desempleados. Finalmente es igualmente destacable la disminución en la tasa de subempleo y el aumento tan importante en la tasa de ocupación (que relaciona la población ocupada contra la que está en edad de trabajar). Como lo señalaba anteriormente en una de estas columnas, hace muchos años no había visto que las estadísticas mostrasen un país en el que disminuye la pobreza, mejoramos en equidad, cae el desempleo, se reduce la informalidad y aumentan las personas ofreciéndose en el mercado laboral y obteniendo empleos.

Estos resultados demuestran gestión en formalización del empleo, en mejoramiento de los ingresos de los hogares, en incremento del empleo mejor remunerado o remunerado y en materia de cualificación de la generación de empleo en Colombia, así como habla bien de los efectos  positivos de la reforma tributaria y de las nuevas legislaciones orientadas al tema de generación de empleo.

Dicho lo anterior, seriamente preocupa la destrucción de empleo en la industria y en el sector agropecuario. En ambos casos ha disminuido proporcionalmente la población ocupada, así como en términos absolutos. En otras palabras, en dichos sectores hay una destrucción de empleo, que no es nada distinto al reflejo de lo que está sucediendo en rentabilidad y productividad en dichos sectores productivos. Sigue igualmente preocupante el comportamiento de la tasa de desempleo en el Eje Cafetero y en los departamentos de Tolima y Huila.

Finalmente, especial atención merecen las zonas rurales, en donde si bien la tasa de desempleo disminuye, ello no se correlaciona con las expresiones populares de descontento, lo que puede estar significando que de pronto es indispensable revisar la forma como medimos el empleo en dichas zonas. Es muy probable que el empleo generado sea sin ingreso asociado, y más como resultado de la preocupación de sostenerse a toda costa, ante los bajos ingresos y los altos costos, con mano de obra no remunerada.

Frente a tan buenos resultados en empleo y crecimiento, vale la pena recomendarle al Gobierno no hablar antes del DANE (uno o dos días) con cifras “estimadas” o “anticipadas” que para la mayoría pueden ser contraevidentes y distintas a la opinión de muchos analistas. Es prudente esperar un día más para hablar luego del DANE y así no dejar un mal sabor en la boca. Dice el adagio: No sólo hay que ser bueno sino parecerlo.

jrestrep@gmail.com