¡No más Farc!
Muchos avizoraban la llegada inminente de un proceso de paz. La señora Piedad Córdoba ilusionaba al país con una guerrilla capaz de mostrar actos de magnanimidad. Nos engañaban con un supuesto acto humanitario de entrega de todos los secuestrados, mientras la guerrilla se reacomodaba. La mayoría creía que aparecía un espacio para el diálogo, aprovechando la generosidad del Gobierno.
Señoras y señores lectores, pensando en estas ilusiones, se nos olvidaron muchos hechos. Con esta guerrilla no se puede dialogar aún (simplemente recuerden el Caguán). Son narcoterroristas cuyas actividades normales incluyen bombas en clubes sociales, masacres de población civil, secuestros indignantes de más de diez años, actos de tortura, abuso y reclutamiento de niños, cultivos de droga y ataques a poblaciones pobres y aisladas.
Y ahora agregan algo que ya sabíamos: son despreciables y cobardes asesinos. ¿Cómo explica uno el brutal acto contra militares indefensos y a quemarropa? Aquí no valen los actos de grandeza y generosidad del Estado, porque con esta minoría que no es digna de llamarse colombiana, simplemente no vale la pena. La única vía posible de momento y quizás por más tiempo es la presión militar y la captura de los enemigos del país.
Para todos los colombianos de bien el policía Luis Alberto Erazo es un héroe de la patria, que junto con aquellos cobardemente acribillados, más todos los que aún están en las selvas de Colombia encadenados y sufriendo el martirio del secuestro, representan personas por las cuales vale la pena marchar y protestar públicamente el próximo 6 de diciembre.
No queremos que los otrora guerrilleros y hoy cobardes asesinos sigan pensando que alguien respeta o acoge su fracasado proyecto de toma del poder, o su rentable proyecto de cultivadores de coca.
En este nuevo escenario, las Farc tienen la desfachatez de endilgarle al Gobierno nacional sus cobardes actos, aduciendo que los militares estaban liberándolos a la fuerza. Tristemente también el representante del Polo Democrático, Iván Cepeda, con preocupante argumento, expresa que es necesario confirmar si el operativo era de rescate utilizando la fuerza. Todos los colombianos se preguntan ¿qué diablos importa eso?
¡No representante Cepeda! Esperamos de usted y de su partido, como de todos los colombianos, expresiones sin ambages que rechacen actos como estos, con o sin uso de la fuerza del Estado. La cobardía no tiene posibilidad de ser minimizada por la normal acción del Ejército Nacional, que es proteger a todos los colombianos.
Por esto, todos los colombianos, y esperamos también los que tienen dudas, debemos marchar el 6 de diciembre contra los asesinos de nuestros compatriotas.
De postre
Ahora resulta que el que se protege contra las inundaciones (Universidad de la Sabana) debió haberse inundado en lugar de enfrentar y solucionar su dificultad. ¿Será que nuestros periodistas y jueces todavía tienen sentido común? El muro no es el problema, el problema es no haber hecho nada para prepararse frente a este nuevo invierno que para la mayoría es una verdadera emergencia social.