El caótico sistema judicial
Me sorprendió la última encuesta de opinión que contrató la revista Semana con Napoleón Franco, en donde empieza a haber un deterioro en la imagen y respaldo del Gobierno Nacional, y en el caso del Distrito las cosas son altamente preocupantes porque la imagen positiva no supera 35%. Esto lo que lleva es a que ambos gobiernos empiecen a concienciarse de que es indispensable mostrar resultados más allá de las promesas o nuevas leyes para evitar un deterioro de gobernabilidad. De la misma manera demuestra la necesidad de acercar más los gobernantes al pueblo y a sus reales necesidades.
Sin embargo, lo más preocupante de los resultados es el serio deterioro de imagen que han sufrido los órganos máximos de la Justicia (Corte Suprema y Corte Constitucional), y la pésima imagen que tiene la gente de los jueces y en general de la Justicia. Cuando se les pregunta por la honradez de estos actores, 93% contesta que duda de su honestidad, lo cual pone en tela de juicio cualquiera de sus actuaciones.
Esta situación se agrava con dos estudios recientes cuya única conclusión es que nuestro sistema judicial necesita un cambio de 180 grados y pronto. No sirven ni sus procedimientos, ni las normas que lo regulan, ni los actores que definen la política, ni su capacidad de gestión, ni sus actuaciones, ni su objetividad en la aplicación de justicia. Según, por ejemplo, el Informe reciente de la Contraloría, nuestro país se ubica entre los más ineficientes en el mundo en la administración de justicia. Muchos procesos duermen en los escritorios de los jueces, la productividad de cada juez respecto de los casos manejados es vergonzosa, y los procesos son eternos. Lo más sorprendente es que países con menos jueces de América Latina (Chile, Brasil o Perú) logran cuatro veces más sentencias por despacho y en Estados Unidos un juez logra ser siete veces más productivo. Mientras tanto, los señores de las Cortes, Tribunales y de Asonal Judicial creen que es con más burocracia que se soluciona el problema. El resultado no puede ser más contundente: de nada sirve contratar más burocracia en ese mar de ineficiencia que es nuestro sistema judicial de hoy.
Un estudio similar y aún más técnico, es el que desarrollaron los investigadores Sergio Clavijo (director) y Nelson Vera de ANIF, y que fue publicado recientemente por la revista Carta Financiera. Según este estudio no es cierto que quienes gastan más en justicia son más eficientes, por tanto de nuevo las pretensiones de las Cortes y del Sindicato de aumentarles el presupuesto son tremendamente equivocadas.
Se necesita más gerencia de la Justicia (en cabeza de gerentes y no de remedos de gerentes), modernizar la infraestructura y mejorar la sistematización, adoptar mecanismos de choque para descongestionar (ej., con los notarios), y controlar la productividad de cada juez o magistrado y exigirles resultados.
De lo contrario seguiremos remando para atrás en nuestro sistema judicial.