Prender luces
La tormenta económica que cubre a Europa no está lejos de Latinoamérica, como aparentemente se cree en Colombia.
Se divisa nubosidad en el movimiento de capitales y en disponibilidad de recursos para adquirir productos y materias primas provenientes de los países de América del Sur.
La prensa española se ha ocupado en la semana del fuerte descenso en todos los índices de su economía, que afecta a industria, comercio y servicios, con énfasis en telecomunicaciones, hotelería y transporte.
Cuando el tema se trata en Colombia y se pregunta sobre las incidencias que puede tener la restricción aplicada en España, el Gobierno Nacional, celoso defensor de la inversión extranjera, baja la tensión a esas expectativas; advierte que hay seguimiento a lo sucedido en Europa y descarta que esos efectos se puedan presentar en corto tiempo.
Es entendible que no puede propiciar clima de incomodidad en negocios entre ambos países. Expertos en comercio exterior recomiendan no desbordar acciones buscando más TLC, en un momento quizá inoportuno.
La mirada se centra en España, por ser la segunda inversión extranjera más alta, con 730 millones de dólares, dentro del conjunto de 15 mil millones que suma la inversión de países de la Unión Europea.
La representación diplomática de España en Colombia ha señalado de manera reciente que son varias las empresas de su país, entre ellas la banca, las que tienen respiración propia y sus capitales invertidos aquí permiten estabilidad en su funcionamiento.
Es alentador, porque al menos de momento está protegido el empleo de quienes trabajan en esas 120 empresas establecidas en Colombia.
No pueden mirarse de lado los anuncios hechos por el Gobierno de Rajoy, invitando a pasar temporada de verano en territorio español para contribuir con la economía de su nación, en lugar de salir al exterior. En contraste, la construcción hotelera en Colombia está entre los tres primeros renglones de inversión colombo extranjera.
El panorama sugiere al Gobierno Nacional moderación en sus mensajes al exterior, en los que se muestra como país de economía solvente. Lo aconsejable es mirar para adentro.
Lo importante con Cerro Matoso, en Córdoba, es enfrentar la miseria e insalubridad de los habitantes alrededor de esa mina de exportación británica. Es más urgente que discutir la prórroga de la concesión.
Hay que prender luces para ver las distintas caras de la inversión extranjera en el país y, con claridad, medir la verdadera altura del vuelo económico de Colombia.