JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 8 de Noviembre de 2012

Esperar la verdad

 

Pasa en las mejores familias del mundo financiero que una empresa por honesta y solvente que sea, en algún momento, tiene que afrontar una situación de iliquidez.

Con la experiencia de episodios ocurridos en la década de los años 80, en instituciones bancarias y cooperativas de la época, el país quedó curado y advertido sobre  maniobras con dineros del público. Hoy, esas luces de alerta se mantienen para evitar que se repitan esas prácticas.

Fueron muchas las inversiones que se esfumaron en las intervenciones y liquidaciones, de unas diez empresas financieras, junto con la desaparición de  algunos responsables de las mismas.

Una semana después de la toma oficial de la comisionista Interbolsa se destaca, por el momento, que  el pánico no asomó en el escenario económico. Hay  interrogantes de preocupación hacia el futuro.

El punto de mira, sobre la iliquidez temporal, tendrá que despejarse en dos semanas, si se tiene en cuenta que juegan  intereses de empresas de otros sectores económicos de magnitud, vinculados con la holding de Interbolsa, así la responsabilidad la cargue la comisionista.

La solidaridad de las empresas bursátiles se manifestó por razones lógicas. Aseguran que no hubo tratamientos indebidos en las operaciones, que el conflicto es transitorio y que la confianza sobre el sistema es fuerte.

Expertos financieros se preguntan, en círculo cerrado, si habrá alguien beneficiándose con la intervención de la comisionista.    

En la década de los 80, mientras actuaban las intervenciones oficiales, se filtraban documentos, y se delataban directivos, para salvar responsabilidades. 

En Colombia y el mundo, no son pocos los oportunistas, quienes también crean sus maniobras en la cuerda de  negocios de todas las escalas.

La Superintendencia Financiera cumple los pasos establecidos por Ley, para definir en tres meses el rumbo de esa empresa. En sus manos reposa la verdad. No puede haber dilaciones.

El laboratorio de esclarecimiento prende tres grandes focos para detectar los puntos negros: qué empresas hicieron negociaciones con Interbolsa, por fuera del mercado bursátil, y de qué características fueron. Cómo han sido las operaciones que la misma empresa, realizó en el exterior, al margen su hermana comisionista en el país. Y cómo la Superintendencia sigue esas huellas.   

La conclusión no puede quedar en comunicados de prensa. Conveniente  una demostración de lo sucedido, recurriendo a la moderna tecnología gráfica, y expuesta en la televisión pública. Eso es claridad para todos. 

Las denuncias sin confirmación previa, prenden motores de pánico económico, pero taparlas cuando son ciertas, sería encubrimiento.

El momento económico del país, con indicadores favorables, exige transparencia. Ojalá la verdad gane, para creer que sí era temporal la iliquidez.