Juan Álvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 7 de Mayo de 2015

LA OTRA CARA

El profesor

No  se desconoce  el esfuerzo del Gobierno para reajustar el salario del magisterio, en 12 por ciento, tres veces superior al del trabajador común en el país, además de una prima de servicios, tras reiterar el propósito de mejorar el nivel de los profesores. Queda claro que si bien se están aumentando los recursos de la Nación con destino a la educación pública, de manera paralela, se mantiene un clima de desconfianza de los educadores, frente a compromisos del Gobierno, los cuales han estado durante décadas en la cuerda de floja de incumplimientos y promesas. 

Ojalá el acuerdo con el magisterio sea punto de partida para desarrollar de fondo, la Carta fundamental de la educación colombiana y el ejercicio profesional de la docencia, pero con normas y respaldo de Ley, para el buen funcionamiento de planteles públicos y privados, por igual, con profesores bien pagos y con alta calidad profesional. De lo contrario, alcanzar un acuerdo cercano al porcentaje oficial ofrecido, significará que las dos partes quedan cojeando,  porque al magisterio se le exigen especializaciones y maestrías que valen 6 veces más que el salario recibido.  

El acuerdo como sea, significa que es un capítulo más, pegado con goma vieja y trajinada con promesas del Ministerio de Educación de turno. Siempre  la solución ha sido parcial.  Sin duda se revivirá este episodio  el próximo año.

Los reclamos se convirtieron en palanca para accionar el motor de huelgas. Y si no prende, no deberían recurrir a la mecánica de bloqueos callejeros y suspensión de clases, eso es alteración de la actividad pública. Así caen en el delito de sabotaje, que afecta al resto de ciudadanía. Pese al valor de su vocación para construir país, con su beligerancia echan por la borda el buen concepto en que los tiene la sociedad.

La educación representa mérito y dignidad, quizá por su naturaleza, más que en  Medicina, Derecho, Ingeniería y Economía, entre otras, en las que muchos, ante las dificultades, salen del país. Un maestro para ganar 2 millones 500 mil de salario se endeuda en cerca de 12 millones, para cubrir el valor de una maestría o una especialización. Trabajan de punta a punta en distintas instituciones y, en fines de semana, con clases particulares. El magisterio tiene alto número de profesionales bilingües.

A la Carta de nuevos principios para hacer educación y docencia se llegará con reformas de fondo,  respaldo jurídico y voluntad del Gobierno para colocar al profesor en primer lugar.

juanalcas@yahoo.com