JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Septiembre de 2013

Lento por abajo

 

La agitación provocada por los partidos y movimientos políticos, unos más resquebrajados que otros, empezó a generar bloqueos y tardanzas en la definición de aspectos cruciales para la economía social con objetivos que interesan al ciudadano del común. En medio del combate verbal, entre algunos aspirantes al Congreso de la República y quienes critican, en libre derecho, sus presuntas actuaciones en el pasado, no puede olvidarse el contenido de los acuerdos con gremios agrícolas y laborales. El choque político en sus términos, parece salido de los clubes nocturnos, tan de moda, en la crónica roja de los canales de televisión.

En contraste preocupa si el Gobierno aparte de su aspiración reeleccionista, dejará en marcha el Acuerdo Agrario y se confirma aprobación del Congreso, a la destinación del billón de pesos asignado, mediante traslados presupuestales de la Nación para  agro y desarrollo rural, a partir de 2014. Es urgente la respuesta a más de 12 millones de personas dependientes del agro, que ignoran el rumbo de los temas y puntos acordados.   

El Congreso vive su aire, cuadrando listas, nombres, trasteos partidistas y  curules para la próxima legislatura. Sin definir está el proyecto para Reforma a la Salud. Los legisladores confirman que el Gobierno es disperso. Dejó solo al ministro de Salud.

El país no puede depender de los TLC. A la industria le prometieron algo similar a lo acordado en agricultura. Eso está en espera. Lo único que saca la cara por el Gobierno, son los resultados en vivienda  y  acueductos, entregados a sectores de bajos recursos en algunos municipios,  varios en regiones golpeadas en el invierno de 2011. El olvido es Gramalote, en Norte de Santander, municipio ahora hundido en el fondo de la caldera de anuncios oficiales. De nuevo se informa que habrá financiación para terminar su reconstrucción en 2016. La promesa es lo que detesta la ciudadanía.

La agenda es concreta:    el Diálogo por la Paz es esperado con los mejores augurios por millones de personas. Implica serenidad, reflexión y paciencia. Lo ratifican expertos pacifistas que han mediado en conflictos mundiales.

La soberanía en San Andrés, Islas, debería ser despierta, con inversiones, eventos culturales, deportes, realización de cine, música, exposiciones artesanales, concursos de arquitectura tropical, muestras de avances en energía solar y turismo, temas propios para el archipiélago, sin dejar la defensa en el exterior. Eso es lo preferencial sin discusión. Sin embargo, -la política social no la ve la ciudadanía-. Los indicadores muestran el crecimiento por arriba, en inversiones y capitales. Por abajo, todo es lento en obras, salarios y rendimiento del ingreso.