JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Abril de 2012

Y vuelve y juega

EN medio de la euforia colectiva que viene viviendo el país gracias a la Cumbre de las Américas que se desarrolla en Cartagena con la visita de Obama y de Chávez y de la maravillosa decisión de los conjueces en la que se lavan las manos en la “Comisión de Absoluciones”, el país vuelve a sumergirse bajo las lluvias y como no es de extrañar volvemos a las mismas. Inundaciones y derrumbes a lo largo del territorio nacional y caos vehicular en las ciudades. Como si nada hubiese pasado nunca, como si los dos años anteriores hubiesen sido apenas un cuento de hadas.

Y aunque las lluvias apenas están comenzando y estamos lejos de los niveles de precipitación que nos ahogaron recientemente, ya es claro que mientras terminamos esta nueva temporada de lluvias las noticias serán poco alentadoras. La pregunta vuelve a ser, ¿acaso no aprendemos nada cada vez que vivimos las tragedias en este país? Creo que la respuesta sobra.

Y como nunca sucede en nuestro país, los responsables no existen. Nuestras instituciones que habitualmente asumen sus responsabilidades y el costo político de sus errores, ahora extrañamente no aparecen, o se justifican, cuando esa actitud es tan extraña para nosotros.

De repente se necesitan estudios eternos, como si fuésemos a construir una obra mayor que el canal panameño, y la plata que pareciese suficiente para construir el canal interoceánico, no alcanza siquiera para las barreras que bordean un río cualquiera, al menos para que no se salga la misma cantidad de agua de siempre.

Pero seguimos en las mismas, y vuelven a vernos la cara de pendejos, y tampoco nadie hace nada. Y como nos quedamos embelesados por la belleza de la capital de Bolívar y de todos esos señores importantes que vinieron a visitarla, pues parece que a nadie le importa. Sólo a los niños que tienen que pasar sobre puentes rotos para llegar al colegio, o a los que nunca pueden llegar a sus casas después de varias horas colgados de un bus, o a los que pierden sus cultivos en manos de las lluvias implacables -¿o de los políticos ineptos?-.

Pero al menos tenemos la Cumbre y de repente algún día la Comisión de Acusación cumple con sus funciones. Lástima que esa platica por donde se vea se va a perder por lo que la Comisión no tiene dientes fiscales, porque al menos serviría para que las autoridades pudiesen decir que para el próximo invierno sí se va a hacer algo.

juanego18@gmail.com