JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 4 de Noviembre de 2012

La mentira de la bigamia

Lo único evidente es que no tenemos un espectro político claro,

En los últimos meses ha quedado en evidencia que el presidente Santos viene recurriendo a sus orígenes liberales para gobernar el país. Sin embargo sigue como miembro del partido de la U para mantener algún tipo de filiación con el ex presidente Uribe, para guardar  las apariencias sobre su pasado cercano y para no perder la cantidad de votos que los caciques del partido le colocaron para su elección. Sin embargo parece ser claro que no hay bigamia. Santos es liberal ideológicamente y el partido de la U no tiene ideología alguna. Es simple cálculo político.

Del partido de La U apenas puede decirse que defiende esa extraña figura que fue nombrada como seguridad democrática. Por eso, de repente, parece ser más cercana al Partido Conservador, al fortalecimiento de la figura del presidente y a las fuerzas armadas del país. Mejor dicho, más cercano a la figura de Uribe que a cualquier forma de ideológica.

Pero a su vez con la llegada de Santos, exceptuando un par de congresistas, el partido de acercó al liberalismo y sus banderas de la paz, a la restitución de tierras y al reconocimiento de las víctimas. Esos proyectos no son nuevos, ni de generación espontánea en este cuatrienio que no termina; fueron presentados antes, y por la fuerza de revisión de la historia, nunca fueron aceptados, dejando en evidencia que el partido es simplemente una veleta dominada por la figura de presidente que gobierna al país.

El Partido de la U es una fábrica de votos, no es una colectividad política con un reconocimiento ideológico reconocible. Por eso la bigamia no puede existir, hacer parte de una fábrica de votos es cálculo político, mantener su ideología liberal es parte de su razón de ser. El problema no radica en los guiños a varios partidos en el país, radica más bien en la falta de diferenciación entre las colectividades que dominan la política nacional.

Lo único que viene siendo claro en la política nacional es que no tenemos un espectro político claro, que los ciudadanos no pueden identificarse dentro de éste porque no existe coherencia en los discursos, porque los partidos están creados como maquinarias electorales, no como grupos de representación de sectores del país. El problema es de estructura organizacional en los partidos, no de simpatías. Por eso no puede haber bigamia.

@juandbecerra