JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 26 de Mayo de 2013

El bogocentrismo de Petro

 

La  verdad suena maravillosa la idea de seguir densificando a Bogotá para evitar que la ciudad siga extendiéndose sin ton ni son, como ha venido presentándose en las últimas décadas. Suena también increíble decir que el futuro de Bogotá inicia en el centro ampliado, en esa zona extraña que será rescatada del olvido para volverse parte activa de la vida de una metrópoli que continúa creciendo.

Creo que lo único que me preocupa al respecto es que si Bogotá sigue densificándose, nadie va a poder movilizarse, las vías no dan abasto con lo que tenemos -sin olvidar aquello de los servicios públicos insuficientes- y será peor cuando pretendamos seguir añadiendo personas en las mismas zonas existentes.

Aclaro, no es una cuestión de crecer por crecer, pero tampoco de negar la opción de abrir las puertas a un desarrollo controlado que pueda generar un nuevo polo de crecimiento para la ciudad. Y la razón es simple, cuando se densifique el centro como quiere hacerlo la actual administración habrá miles de viviendas, pero las zonas industriales seguirán en donde están, si es que no se han ido para alguna población vecina, y el transporte será imposible. Aún peor que lo que tiene que vivirse hoy en la zona.

Sin embargo, creo que no es el único problema. A eso hay que añadirle que las poblaciones vecinas ya no sólo están atrayendo a las empresas que encuentran mejores incentivos económicos para trasladarse a las afueras de la ciudad, sino que también hoy ofrecen una amplia gama de viviendas para que los trabajadores de todas las clases sociales se trasladen a vivir a ellas. Y no puede olvidarse que desde hace ya varios años, las clases más acomodadas de la ciudad vienen optando por vivir lejos del desorden en el que se ha convertido la capital de la República.

Y en medio de todo esto parece que al señor Alcalde se le olvidó que Bogotá hace parte de una ciudad región, como la llamaron durante muchos años, y que las políticas deberían estar articuladas para generar un crecimiento más racional de los entes territoriales. Hoy Bogotá parece haber perdido la comunicación con la Gobernación y con los municipios aledaños. La administración se encerró en un bogocentrismo nocivo para todos, aún más para la ciudad.

De repente lo que quiere la administración es eso: encerrar a Bogotá en una burbuja que le permita mantener el discurso en el que ellos son los únicos honestos que existen en este país. Quién sabe.

@juandbecerra