JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Septiembre de 2013

La lista del Centro

 

Quizá es por la sobreexposición mediática que mantiene al expresidente Álvaro Uribe Vélez o sus ganas de casar peleas con todo el mundo o sus seguidores fanáticos que siguen pensando en él como un mesías y no cómo un hombre que intentó aportarle cosas al país. La verdad es que el lanzamiento de la lista al Senado por parte de su movimiento político no trajo nada nuevo, un poco más de lo mismo, y para ser un más claros, un discurso que suena a refrito.

Uribe quiere una lista cerrada para que voten por su foto, no por sus ideas. De los cien puntos que presentó para su primer programa de gobierno aún la mayoría están lejos de la realidad, por lo que no puede decirse que es por su gran serie de propuestas. Lo único que tiene Uribe es una imagen que ha logrado mantenerse al margen de los escándalos, en el que sus escuderos siempre han llevado la peor parte.

Ahora bien, Álvaro Uribe en el Congreso enriquecerá el debate, pero se someterá al escarnio público desde una posición mucho menos elevada que la que tiene actualmente. Será la oportunidad para sus opositores de caerle encima, ya estando él en el mismo nivel que ellos, sin las ventajas de ser el expresidente de la República. A decir verdad es posible que Uribe sólo ponga la foto y con los votos encima deje el barco, para no tener que saltar cuando empiecen los incendios.

Lo único que creo es claro, es que el Congreso no mejorará su imagen gracias a Uribe, ni tendremos nuevos prohombres sentados en el Capitolio Nacional. La situación del Congreso es el resultado de innumerables acciones de la mayor parte de sus integrantes, y como ha sido históricamente evidente con el equipo de Uribe, tampoco no han sido los más probos ni los más legales. Menos podremos hablar de una extrema derecha, como dicen algunos, porque no hay diferencias abismales con la posición de los conservadores, o incluso con el Partido de la U, con el nuevo movimiento, exceptuando quizá lo concerniente al proceso de paz.

En el fondo la llegada de Uribe es una pataleta para decir que sigue manteniendo poder dentro de los estándares de -i- racionalidad que él mantiene. Los elegidos son personas con posiciones claras, pero tampoco con alguna idea revolucionaria para cambiar el país. Creo que podría decirse que si acaso, llegaremos a escuchar hablar a Uribe mientras sus amigos lo miran para aplaudirlo. No más que eso.

@juandbecerra