Juan Felipe Reyes | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Octubre de 2014

No necesitamos alcalde

Bogotá es una de las 30 ciudades más grandes del mundo. Somos aproximadamente 7.5 millones de habitantes. El presupuesto aprobado para este año 2014 fue de 14 billones 730 mil millones de pesos. Por supuesto que no tenemos ni idea de a dónde fue a parar semejante platal. ¡No se ve por ningún lado! Solo piensen que el presupuesto aprobado para el mismo período para la capital del mundo -Nueva York- fue de 75 mil millones de dólares. Pero esos sí se ven invertidos en cada rincón de la ciudad. Hagan ustedes mismos las cuentas de cuánto se ha invertido del presupuesto aprobado para Bogotá.

En fin, Bogotá es una suculenta presa detrás de la cual ya están varios alcaldables haciendo fila ávidos por devorarla. Los muy conocidos Pachito Santos, Clarita López, Rafael Pardo, Angelino Garzón y hasta Hollman Morris. Este último, ultraprotegido de Petro y recordado por su vehemencia en la defensa del despilfarro del presupuesto de la ciudad con los costosos conciertos de La Esperanza y un canal de televisión -Canal Capital- que no produce sino pérdidas. Aunque sea difícil de creer y no tengan muchos de ellos vergüenza ¡quieren seguir figurando! demostrándonos así el nulo respeto que nos tienen. No les fue suficiente el puesto público en el que se desempeñaron recientemente  y desde el cual, por supuesto, no hicieron absolutamente nada. Es claro: Bogotá no necesita alcalde y no está para alimentar egos de nadie.

Es inaceptable, que partidos políticos como el Polo Democrático Alternativo o el Movimiento Progresista sigan teniendo aspiraciones en Bogotá. Sus mal llamadas políticas públicas fueron un fracaso. Los niveles de corrupción y robo del presupuesto público son dignos de un premio Guinness. Todo esto y mucho más daría para que los bogotanos les cortáramos el chorro, como se dice coloquialmente. Los declaráramos personas no gratas y otros merecidos castigos sociales y políticos. ¿Por qué tenemos que seguir soportando que nos tracen nuestros destinos?

¿Cómo pueden convertirse los múltiples intereses de la sociedad en políticas públicas aceptables? Se supone que para eso es la democracia. Pero, lo que si no podemos dejar es que de Bogotá se apoderen unos pocos y se siga haciendo lo que una mentalidad o ideología particular cree que debe hacerse. ¡No más alcaldadas! Esta ciudad se merece urgentemente un  gerente que se limite a administrar, ejecutar y  entregar resultados.

@ReyesJuanfelipe