JUAN FELIPE REYES | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Enero de 2014

Grandeza

 

A los  dos años exactos de ocurrido el tsunami que devastó el noreste de Japón, en marzo de 2011, ya se había reconstruido gran parte de la infraestructura dañada de una manera prolija (sin chambonerías).

De acuerdo con el gobierno japonés, entre las obras que fueron reestablecidas se encuentran 320.000 viviendas. La infraestructura básica de carreteras y ferroviaria en su totalidad. Cerca de 184  hospitales (equivalente al 90%), 2335 escuelas (equivalente al 77%). El aeropuerto internacional de Sendai, cuyas pistas y calles de rodaje quedaron sumergidas en el agua, barro y escombros, fue reabierto parcialmente una semana después del tsunami.

Esta información contrasta con la colección de obras inconclusas y chambonas que se intentan hacer en Colombia. Ejemplos: los 1.8 kilómetros de infraestructura que quedaron faltando para que el aeropuerto Eldorado de Bogotá se conectará al sistema de transporte masivo Transmilenio. El Palacio de Justicia de Cali, que después de cinco años de haber sido destruido por un ataque terrorista, aún se intenta inaugurar. Los diez kilómetros de doble calzada Ancón Sur- Primavera-Camilo C- Bolombolo que conectaría a la región de Antioquia con el suroccidente del país y de la cual no se ha entregado un solo tramo. El sistema de transporte masivo de la ciudad de Cartagena, Transcaribe, que luego de siete años no ha pasado de la etapa de pruebas pero si ha costado ya 400 mil  millones de pesos, de los cuales cerca del 70% ha sido cofinanciado por la nación. La obra de la calle 94 con NQS en Bogotá a la cual  ahora resulta que le faltan 81 mil millones de pesos adicionales al valor presupuestado de 85 mil millones de pesos. ¡El doble! Y, en este último ejemplo  cuando uno les pregunta ¿cuándo van a acabar? Los funcionarios humanos responden con risa “por ahí en 2 años porque no hay plata”… Pero eso sí, todos los materiales, el desorden y el mugre han sido cuidadosamente abandonados in  situ.

Estas y otras muchas obras y proyectos inconclusos no han surgido espontáneamente. Obedecen en su mayoría a unos estudios y recomendaciones hechos por el Departamento Nacional de Planeación por medio de un documento Conpes. ¿Qué está fallando entonces? Da la impresión de que no se está planeando nada y por eso tales resultados. O,  ¿será cierta esa frase que uno oye por ahí y que  dice que un Conpes no se le niega a nadie en Colombia? 

@ReyesJuanfelipe