Juan Felipe Reyes | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Abril de 2015

ESTRIBOR

Fatal mímesis

Lo que se está viviendo en Colombia es el resultado de una maraña que se construyó en 1991 como Constitución Política. Un conjunto de normas que buscaba  edificar, desarrollar y controlar, como bien se mencionó en una editorial de este diario, el único poder que existe que no es otro que el poder público o político que emana del pueblo. A propósito de la reforma llamada “equilibro de los poderes”. Pues solo hay un poder. Son desastrosos los resultados que estamos viendo. Y, si bien  las instituciones no tienen alma sí hay personas de carne y hueso detrás de ellas dirigiéndolas a su antojo como en un show de títeres. Esto no necesita más explicación pues se materializa en todos los escándalos que ya ni sorprenden. Solo dejan ver nuestra frivolidad.

Hemos sido irresponsables en estructurar una sociedad y un Estado con base en la mímesis. Imitando instituciones ajenas. Edificando lo que llamaban una “república aérea”. Con orgullo se explica en las facultades de derecho que una institución como la Corte Constitucional es un remedo de la española quienes también la copiaron de otros Estados como el alemán y el italiano. Imitaciones perezosas producto de la experimentación y no de lo que se ajusta y necesita para Colombia. No obedecen sino a realidades ajenas y lejanas. No existe en Colombia algo auténtico. Tal vez es el reflejo de nosotros mismos. ¿Quiénes somos realmente? La Constitución de 1991 que organizó este Estado es una manta de retazos que quiso fue darle gusto a todo el mundo. ¿Ese es el propósito de la democracia? ¿Darles gusto a todos y que todos podamos hacer lo que queramos? Eso podría  explicar el auge de decadencia que estamos atravesando.

Para los que afirman que la ética y la ley no tienen nada que ver, lo siguiente: lo ideal es que la justicia sea sinónimo de la ley y que se refiera a un comportamiento que tiene que estar de acuerdo con ambos, la ética social y la autoridad de la ley. Así funciona en los países en los cuales las instituciones sí funcionan. En los cuales no hay roscogramas. Montajes baratos. Dónde no hay escándalos de este nivel. En donde la mímesis no tiene cabida pues se entiende que hay cosas que deben ser hechas a la medida o resultar de la experiencia propia que siempre será única e intransferible.

@ReyesJuanfelipe