El humor evita úlceras estomacales, arteriosclerosis y otros trastornos graves como la neurosis, la vejez precoz y la muerte prematura.
Este es el tinglado de la eterna farsa.
La ética debe ocupar la máxima jerarquía en toda escala de valores.
El abogado siempre debe identificarse con la moral no con la deshonestidad.
En la guerra como en los pleitos, no siempre vence el justo.
Para algunos la abogacía no es necesariamente la ciencia de la verdad, sino la ciencia de la persuasión.
La tragedia del abogado consiste en que a veces triunfa gracias a su habilidad, o sin tener razón.
¿Y de cultura qué tal?! ¡La normal! . Ahí entonces usted es abogado. En la abogacía hay que volar muy alto, para llegar lejos.
El que tiene poder, siempre tiende a abusar de él.
Daba planazos por el filo.
Uno es una isla y necesita integrarse a los demás.
El que no ama su profesión no la merece. Siempre y ahora más que nunca, sigo siendo litigante.
El que solo habla de abogacía, ni abogacía sabe.
Adiós abogado sin título. “Adiós título sin abogado”.
Por educar a un “doctor”, se dejan de educar a 15 niños y 30 bachilleres. Somos unos privilegiados.
La administración de justicia es la más alta dignidad de un pueblo.
Una nación puede vivir sin salud y hasta con hambre. Vivirá mal, pero vivirá. Pero sin justicia no podrá vivir. La falta de justicia es la ley de la selva.
La inmoralidad es como el aire, no se ve, pero está en todas partes.
Me condenaron a la pena máxima. ¿Y por qué? Por desarmar un policía. ¿Cómo? Si, lo desarmé huesito por huesito.
Algunos funcionarios piden dinero a una de las partes. Otros, a las dos partes para poder fallar en conciencia.
¿Y usted quién es? Yo soy todo un caballero ¿Y usted?
Al terminar con cierto patetismo una audiencia en Neiva, alguien arrojó una herradura y cayó sonoramente sobre mi escritorio. Me silencié y al levantarla con la mano pregunté: ¿A quién se le perdió ese zapato?
Al levantar un cadáver dijo el Inspector: “Por fortuna cuatro disparos fueron en las piernas y solo el de la cabeza fue mortal”.
Lleva dos horas hablando. ¿No está cansado? No, ¡pues nosotros sí!
Fenómeno. ¡Habló 3 horas y no dejó escapar una sola idea!
Hay que darle un trago para que hable y un botellazo para que se calle.
¡Hay ricos tan pobres, que lo único que tienen es dinero!
Señora: si gano su pleito, 85% de sus bienes para honorarios y 15% para gastos.
Un muerto una tragedia; mil, una estadística.
Me dijo el Embajador del Japón, Tasu Fukay: “De usted hablan mucho. Dr. Gómez”. Y le contesté: “Sí, pero no me han podido probar nada”.
Después de los Borgia, los que más se lucran con el crimen son los criminalistas.
Mientras usted Dr. Gómez defiende por plata, yo defiendo por honor. ¡Cada cuál defiende por lo que le hace falta. No tolero irrespetos! Exijo retire sus palabras. ¡Con gusto retiro mis palabras, pero mantengo el concepto!
¿Qué es derecho? Derecho es lo que no se puede torcer.
Es más fácil enderezar un plátano, que enderezar a ciertos abogados.
Lo que usted me pide para sacar a mi hijo de la cárcel, son todos los ahorros de mi vida. Por eso señora, los bienes son para los males.