En el primer debate de los diez aspirantes del partido demócrata de los Estados Unidos para las elecciones presidenciales del 2020, cuando se preveía la confrontación entre Joe Biden, ex vicepresidente de Obama y Bernie Sanders, quién buscó la nominación hace tres años, sorprendió la senadora Kamala Harris, abogada, ex fiscal de California, de cincuenta y cuatro de edad, de madre india tamil y padre jamaicano, con la aseveración de que “los estadounidenses no quieren ver a los candidatos pelear en la mesa sino asegurarse de que todos los ciudadanos tengan comida en ella.”
Dijo que respalda el seguro médico universal, la legalización de la marihuana recreativa, la reducción de impuestos a la clase media, la revisión de la política migratoria, cerrar los centros de indocumentados, no separar ni maltratar a los niños, -recordó a los republicanos que Donald Reagan recibió y otorgó protección a millones de migrantes`- expresó su preocupación por el debilitamiento del liderazgo norteamericano, ante el incremento de tensiones en diversos lugares del planeta, el incumplimiento de Tratados, advirtió que la supremacía demócrata se encuentra en entredicho.
Como Trump anunció el lanzamiento de su reelección seguro de la victoria en las primarias del partido republicano, basado en el buen momento de la economía, los demócratas se ven obligados a mover la colectividad, a ofrecer alternativas, a seleccionar un nombre para enfrentarlo al mandatario candidato, la noticia del debate no favorece a los políticos veteranos, la asomada de Kamala Harris, la sitúa en el tercer lugar en las encuestas, la popularidad de Obama no se traspasa a Joe Biden y el lenguaje progresista de Sanders continúa anclado en la década de los sesenta del siglo XX, se les pidió a los casi octogenarios dirigentes “pasar la antorcha.”
Interesante escuchar a la Harris en referencia al cambio climático, su intención de prohibir el uso de armas personales, la reiteración del compromiso de derrotar el terrorismo, el planteamiento de nuevos modelos educativos. La imagen interna del actual presidente es mejor que la externa, su posición frente a Irán, -de garrote y zanahoria-, la guerra comercial con China, el tire y afloje con Corea del Norte, el distanciamiento de Rusia, la hostilidad con la comunidad europea, la aplicación de la ley Helm-Burton en Cuba, la construcción del muro en la frontera con México, el uso de su twitter, ocasionan reacciones.
La liebre salta donde menos se piensa, Kamala Harris opina, desconozco que piensan los dirigentes demócratas, la propia Hillary Clinton, es probable que el presidente reste importancia a lo ocurrido, los republicanos lo acompañan, pero en política jamás la última palabra está dicha.