El mundo se encuentra viviendo una pandemia que está generando una parálisis colectiva, que implica suspender prácticamente todas las actividades que sean en grupo; vale decir, todos los eventos públicos de carácter cultural, institucional o social, lo mismo que las clases en los colegios y universidades. Esta situación singular no registra muchos antecedentes en Colombia y está obligando a cambiar hábitos y costumbres como el saludo social, a buscar el aislamiento en las casas y evitar asistir a centros comerciales, salas de cine, restaurantes, clubes, entre otras actividades.
Lo anterior requiere de mucha disciplina y de mucha comprensión con las medidas que se están implementando para contener el virus y evitar su propagación.
Ante la emergencia sanitaria a que estamos abocados, que puede poner en riesgo la vida de muchos colombianos, se impone la necesidad de hacer causa común, de ser solidarios ante semejante desafío. Por eso creemos que mientras se supera el pico más alto de la pandemia entre nosotros se debe hacer a un lado todo lo que nos divide como colombianos, como la diatriba y los debates estériles que solo heridas nos dejan; en medio de la crisis debemos recobrar el sentido común. Parodiando la frase de un dirigente colombiano pudiéramos decir que se requiere paz en el interior y guerra contra el coronavirus.
Estos días de aislamiento -o de recogimiento-, que no de vacaciones, deben ser utilizados, con las actividades laborales y escolares que se adelantan desde las casas, para pensar y repensar el país, para buscar la unidad de las familias. Este ambiente de zozobra y preocupación colectiva debe encontrar un escape como al que acudieron en Florencia en la época de la peste negra que le permitió a Boccacio escribir cien historia populares, con un grupo de diez jóvenes amigos, cuya calidad marcó el comienzo en Occidente de la narrativa que se conoce como cuento.
Por otro lado, las medidas que está adoptando el Gobierno nacional se supone que se inspiran en la experiencia acumulada por la China -donde apareció el virus- y por los países que han sufrido con mayor intensidad el impacto de su expansión, como son España e Italia, que registran el mayor número de muertes. Por eso el Gobierno debe considerar la adopción de una medida drástica: suspender los vuelos de tales países a Colombia si tenemos en cuenta que el mayor volumen de infectados vienen de estos países, en particular de España.
Otra medida urgente es la necesidad de una mayor coordinación entre los concesionarios de los aeropuertos, o quienes tienen su administración, con las secretarias de salud de los municipios y departamentos correspondientes que deben destacar equipos de profesionales idóneos para adelantar los controles que se exigen. Esa es su primera responsabilidad en esta crisis.
Así mismo, y en vista de que ya escanean productos básicos para la prevención del contagio, como es el gel antibacterial, el alcohol y los tapabocas, se debería convocar a los empresarios de la industria farmacéutica para que atiendan las necesidades del mercado. También se requiere fortalecer la infraestructura hospitalaria con más camas y respiradores en las unidades de cuidados intensivos -UCI-.