La “era del jet” fue un término acuñado a finales de los años cuarenta. Es decir que ya cumple 80 años este término. Las primeras aeronaves con motor de reacción fueron militares. La más famosa de todas el Messerschmitt Me 262. Con el que la Alemania de Hitler combatió contra el Supermarine Spitfire de la fuerza aérea británica en la Segunda Guerra mundial.

La primera aeronave comercial de motor de reacción fue la británica De Havilland D.H 106 Comet que voló por primera vez en 1949 e hizo el primer vuelo transatlántico en 1952.  Luego vino el Boeing 707, en 1958.

Todo esto es más conocido por la gente como aviones con turbina. Desde el Comet ya se experimentaba una velocidad de 800 km/h y una altitud de 40.000 pies. El Boeing 707 volaba desde 1958 a una velocidad crucero de 972 km/h. Parece un sueño, pero existió el Concorde, el cual entró en servicio en 1976 y volaba supersónicamente a una velocidad crucero de 2.410 km/h a una altitud de 61.000 pies de altura. Imagínense el salto que representó el Concorde en esa época. Y en un lapso de 10 años significó un avance impresionante. El Concorde dejó de operar en el año 2003 por causas por todos conocidas.

Desde ese momento, no se ha avanzado nada en la velocidad del transporte aéreo. Y la velocidad en el transporte aéreo es todo. Es el elemento que hace que se diferencie de los demás modos de transporte. Pero llevamos 62 años transportándonos a la misma velocidad. La aviación ha hecho mejoras en muchos otros temas como la eficiencia del combustible, ruido, emisiones de Co2, experiencia de vuelo, aerodinámica, confort. Otros aspectos como wifi, entretenimiento a bordo, sillas lay – flat, planes de viajero frecuente y seguridad.

Pero el elemento esencial que catapultó al transporte aéreo a un nivel superior al resto de modos, la velocidad, permanece estática, en la “era del jet”. ¿Qué pensarán los fabricantes de aeronaves? ¿Por qué no han invertido en mejorar el factor velocidad sabiendo que es lo esencial en el transporte aéreo? Una razón puede ser que nadie lo exige. La gente sigue conforme con que un vuelo entre Nueva York y Londres dure 8 horas.

Sin saber tal vez que en 1976 el mismo trayecto se hacia en 2 horas y 56 minutos en el Concorde. La humanidad no debe volver a la era supersónica de la aviación. Debe ir a algo mejor. El espacio aéreo está subutilizado. Los grandes fabricantes de aeronaves muy posiblemente serán superados por empresas como SpaceX quienes ofrezcan un transporte no aéreo sino espacial y poder conectarnos con China o Indonesia en minutos.

La industria aérea ha avanzado cero en este sentido y no se ve que quieran salir de la zona de confort. Están muy cómodos transportando pasajeros y carga a la misma velocidad que en 1958. Es un paso que debe dar la humanidad muy pronto.

@ReyesJuanfelipe