Ecuador acaba de nombrar nuevo presidente, luego de haber pasado por una violenta y polarizada campana política. Se habla de que su presidencia se debió por ser el hijo del empresario más rico de Ecuador, pero nadie sabe cómo se forjó y luchó esta fortuna. Nieto de Luis Adolfo Noboa, que venía de una familia sin recursos, y de Álvaro Noboa.
Su abuelo empezó su vida con muchas carencias y austeridad. A los 11 años vendía la revista Sabia, editada en Guayaquil, trabajando al mismo tiempo en la lotería de la Junta de Beneficencia Nacional, donde sacaba las balotas con los números ganadores y en los combates de boxeo era el encargado de anunciar el número de los asaltos. También vendió lotería en Guayaquil y en una bicicleta comenzó su negocio informal: la comercialización de crema dental, jabones, colores, productos pequeños que podía transportar. Con el tiempo vendió franelas para limpiar metales y con su carisma no permitía que se fuera un cliente potencial.
Luego fue conserje en el Banco Sociedad de Crédito, su presidente era Juan Marcos. Estando allí y después de haber trabajado seis meses consiguió un préstamo de 3.000 pesos, que hoy equivaldrían a 300 dólares. Pagó cumplidamente y logró dos créditos adicionales que le ayudaron en la Aduana de Guayaquil a comprar ofertas que luego vendía al doble. También escribía cartas a los 13 años.
Ahorró todo el tiempo y con los de su madre, en 1933 compraron unas residencias que más tarde se convertirían en el Hotel Guayaquil. A los 17 años creo su propia empresa de cambio de moneda y venta de recuerdos. Se hizo amigo de Víctor Emilio Estrada e hicieron una sociedad Comercio y Mandato, hoy se llama Comandato. Gerenciando esta empresa consiguió la representación de una empresa automotriz y de Coca Cola para instalar la planta de esta marca en Guayaquil. A los 23 años un peruano lo estafó en la comercialización de oro y quedó en bancarrota. Duró tres años para salir de este fallido negocio, pero con perseverancia, claridad y mucha paciencia se hizo socio de Juan Marcos y con él se dedicaron a la agroindustria y exportación de arroz, café y cacao. Paralelamente trabajo en empresas navieras y allí comenzó a exportar banano, siendo declarado por la revista Forbes como el más grande e importante empresario ecuatoriano. Su fortuna era de 1.200 millones de dólares.
Su padre no heredó las empresas de don Luis Adolfo, él tuvo que comprarle la herencia a su segunda esposa, quedando lleno de deudas, las que pagó a lo largo de su vida. Generó diferentes negocios y empleos, e hizo crecer nuevas empresas. Posteriormente fue un presidente exitoso de la Junta Monetaria. Se presentó cinco veces como candidato a la Presidencia y nunca logró llegar.
Se dedicó a luchar por la pobreza de Ecuador. Con su Fundación Cruzada Nueva Humanidad lleva 35 años dando medicinas y alimentos a los desfavorecidos. Cuando llega al poder Rafael Correa, éste lo amenazó de llevarse parte de su legado, destruyendo la imagen que cuidadosamente el padre del presidente había logrado con mucho esfuerzo. En este enfrentamiento decide llevarse del país cien millones de activos. Fue secuestrado, torturado, pero nadie le quito su carácter. Era fiel retrato de su padre Luis Noboa Naranjo.
Su progenitora, la médica Anabella Azin, gran política y reconocida en el Ecuador por su servicio social fue definitiva y otro ejemplo a seguir para Daniel Noboa. Sin matricularse en ningún partido ni dejarse inmiscuir en las provocaciones de Luisa González, la candidata del correísmo, logró este administrador de Harvard, amante de la música, el deporte y sin ser el más favorecido, con un discurso tranquilo sobre la seguridad, el empleo, atracción de la inversión extranjera, ganar la Jefatura del Estado. Indudablemente, la muerte de Villavicencio incidió en su triunfo evitando que Rafael Correa volviera al poder en ‘cuerpo ajeno’.