No se necesitan cambios totales en la política energética de Colombia para lograr que se vayan las petroleras, no haya más exploración y nos volvamos un país aún más verde de lo que ya es. Verde como la hoja de coca o la de marihuana o la flor incipiente de heroína.
Los bloqueos y amenazas de los promotores de la paz del Eln hacen que las petroleras pierdan diariamente 22.000 millones y se afecte en un 7,3% la producción de petróleo en Colombia.
No hay necesidad de desgastarse echando discursos esnobistas en todos los escenarios que puedan echándose la culpa del calentamiento global, informando al mundo que Colombia apagará su “gran contaminante economía” aunque al mundo no le importe y la contribución de Colombia a la contaminación sea totalmente inmaterial.
¿Para qué? si el trabajo lo están haciendo muy bien los elenos quienes están poniendo en jaque la producción de hidrocarburos de Colombia con los bloqueos en la vía al llano. ¡50 mil barriles de petróleo diarios! se están perdiendo una suma que sin lugar a duda debe estar haciéndole agua la boca a la activista Irene o hacerla brincar en una pata de la felicidad de que alguien esté haciendo muy eficientemente su trabajo.
Son cinco las empresas de hidrocarburos que de manera decente y cautelosa expresan su malestar por los bloqueos y los perjuicios que les están generando a 5,332 trabajadores de dichas empresas y sus familias. No a los ricos como piensan los populistas. Pues las empresas las cierran, se van de acá, pero esos miles de personas pasan a ser desempleadas. Y que vayan y golpeen las puertas del ministerio de minas para que les dé trabajito. Y claro cómo no iba a estar en esta lista de empresas “queridas” por Colombia y el Eln Ecopetrol -la gran víctima de Irene- acompañado de Frontera Energy, Hocol, Tecpetrol y Cepsa.
Esto es solo un abrebocas de la crisis energética que puede llegar a lograr la activista. El comunicado de estas cinco víctimas de la inacción del Estado ya dice que está en riesgo la distribución de combustibles líquidos en Colombia es decir de la gasolina.
Lo que no saben ni entienden en el gobierno es que desde el ferrocarril de Bolívar en 1869 no se ha vuelto a hablar de trenes en Colombia. Ah sí perdón del metro de Bogotá hace 60 años… y que no tenemos ningún otro modo de transporte que el terrestre para suministrar gasolina por toda Colombia. Dependemos de las carreteras.
Estamos a nada de ser un Estado fallido. Así los mares, peces, árboles, lagos, lagartos, fauna y numerosas plantas alucinógenas que nos dieron les parezcan suficientes para ser una nación maravillosa a los progresistas populistas activistas que gobiernan.
Un Estado fallido es ese que fracasó en garantizar el acceso a los servicios básicos a su población. ¿Será el caso de Colombia? ¿Qué han hecho para terminar los bloqueos inmediatamente en Nariño, Meta etcétera? ¿Será que les convienen?
juanfelipereyes@hotmail.com