♪ ♫ ♩ ♬ ♭ “La historia vuelve a repetirse, mi patria triste y negra, el mismo odio... la misma lluvia... el mismo, el mismo loco afán... ¿Te acuerdas? Hace justo unos años...me traicionaste a gritos…”
Cneo Pompeyo y Cayo Julio César en el año 61 a. de J.C, hicieron una alianza política que, entre otros propósitos, perseguía la elevación de este al Consulado Romano. La coalición de estos líderes no fue eterna, después del primer quinquenio las relaciones se deterioran a partir del momento en que Julio César cruza el Rubicón (enero del 49) y terminan con la muerte violenta de Pompeyo en Egipto. (28 de septiembre del 48).
Simón Bolívar fue elegido Presidente, nuevamente, en 1826 y Vicepresidente Francisco de Paula Santander. Por desavenencias entre estos dos mandatarios y otras circunstancias de orden público, por Decreto Presidencial del 27 de agosto de 1828, fue suprimida la Vicepresidencia y el 25 de septiembre siguiente el Libertador fue víctima de un atentado contra su vida. Santander fue enjuiciado como cómplice e indultada la pena de muerte fue exiliado. Tiempo después el Libertador escribió: “Fue nuestra ruina que no llegáramos a un entendimiento con Santander”. La Gran Colombia se esfumó.
Sanclemente fue elegido Presidente de Colombia junto con Marroquín como Vicepresidente el 4 de julio de 1898. El Presidente fue derrocado por golpe de estado el 31 de julio de 1900, patrocinado, entre otros, por su colega. La consecuencia fue la pérdida de Panamá y la guerra de los mil días.
Estos ejemplos de la historia enseñan que un ejecutivo bicéfalo es inconveniente. Ahora bien, no se reparten el poder los hombres equitativamente porque así lo dispongan las normas, es el talante de los protagonistas de las alianzas políticas el que genera rivalidades. Es quizás esta razón la que tuvo en consideración el constituyente en 1910 cuando creó la figura del Primer Designado y suprimió la figura del vicepresidente, revivida en la Carta de 1991.
Ese talante de los socios en el Gobierno fue el que generó la renuncia de Humberto De La Calle durante la administración de Ernesto Samper; las dificultades con el señor Garzón en el primer mandato de este Gobierno y la criticada “política” discreta de Vargas Lleras, próximo candidato a la presidencia, durante los últimos años del mandato Santos. Falta ahora el nombramiento del señor general Naranjo, un afamado Fouche.
Esta es una experiencia histórica que justifica la propuesta de acabar con ese cargo innecesario Dos temperamentos activos, fogosos, protagónicos, megalómanos, creativos y trascendentales no pueden conjugarse fácilmente sino es a partir de una “terapia de pareja” que los habilite para compartir el poder sin rivalizar por la gloria. Tienen que saber ceder y conceder y aceptar las jerarquías, de lo contrario las disidencias y especialmente en público pueden producir fisuras que traducidas ante la animosidad de los partidos y los intereses en conflicto debilitan la unidad del gobierno.