En buena hora, el expresidente y director del partido liberal, César Gaviria, escribió una extensa carta al presidente de la Corte Suprema de Justicia en la cual menciona toda una serie de desacatos del gobierno a decisiones adoptadas por diferentes cortes, principalmente por la Constitucional en lo relacionado con todo el tema del sistema de salud.

Y recuerda algunos pasos en falso que nunca debieron ocurrir como la declaración presidencial que hablaba de reducir el presupuesto de la rama judicial porque la Corte Constitucional había declarado inconstitucional un artículo de la reforma tributaria que generaba algunos billones de pesos. Increíble. También fue un paso muy falso y muy descomedido, por decir lo menos, con las cortes de Colombia la manifestación que se dejó operar por algún tiempo frente al Palacio de Justicia y en la cual se ostentaba en forma desafiante la bandera del M-19. Imposible encontrar un recuerdo más nefasto que el del Palacio de Justicia por parte del M- 19, a finales de 1985. Ahora se exhiben evidencias que podían sugerir que algo igual o peor se estaba preparando contra los magistrados y por ello se han solicitado las máximas medidas preventivas que aseguren que semejante monstruosidad no puede volver a ocurrir

Jamás las cortes habían estado sometidas a una extorsión más grande que derivó en la muerte de muchos magistrados y de muchas otras personas. Ha habido actos que han implicado alguna displicencia hacia los magistrados situación que, por fortuna, parece estar superada.

Algunos columnistas como Mauricio Vargas, desde París, han recogido esta denuncia que parece que impacta mucho más a quienes están en esa bella ciudad que a quienes habitan por estos lados.

Existen otras quejas similares que tienen que ver, por ejemplo, con la financiación de los partidos políticos ordenada por la Constitución y la ley. El editor político de El Tiempo divulgó por allá el 25 de febrero, en la edición dominical un informe que

título "Las jugadas políticas del gobierno para romper a los partidos políticos en el Congreso”. Y el propio presidente Gaviria en otro documento señaló que los partidos políticos no estaban recibiendo la financiación que legalmente les corresponde y que así era muy difícil lograr su adecuado funcionamiento y aún su propia viabilidad.

El nuevo presidente del Senado en estos días hizo una descripción que era difícil de creer sobre la deplorable situación en la que se encuentra el Senado como quiera que no tiene los recursos, como por ejemplo para imprimir la Gaceta, que es de la esencia diaria del funcionamiento del Congreso y así de otros gastos que son imprescindibles.

Que el Ejecutivo no deje funcionar a las otras ramas del poder público anuncie obstáculos para su adecuado desempeño o las confronte ante la opinión pública revela una falta de respeto a la separación de poderes, constituye por sí solo violación de la Constitución, y una amenaza evidente contra las instituciones democráticas del país.

Que así no se perciba por otros sectores de la sociedad nos indica que, al parecer, hemos llegado a movernos en la vida institucional con un alto grado de indiferencia hacia nuestras instituciones, hacia su cabal funcionamiento y hacia el respeto que todos, comenzando por el Ejecutivo, tienen que profesarles.