La Luz íntegra | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Diciembre de 2022

Por esta época navideña corremos el riesgo de distraernos con todo lo atractivo de la superficie, que es bonito, nos gusta, mas no es esencial.  Podemos ir más allá y buscar la Luz íntegra.

Por supuesto que es maravilloso manifestarnos el afecto, compartir regalos, hacer fiestas y departir con familiares y amigos.  Todo ello es una expresión del amor con minúscula, el que asociamos a emociones y sentimientos fragmentados.  Sin embargo, nos podemos quedar enredados ahí -entretenidos, divertidos y felices- y llegar a enero para celebrar el nuevo año sin haber contactado con nosotros mismos.  Nos podemos dejar deslumbrar por las luces menores, sin sospechar siquiera que hay una Luz mayor, íntegra.  Podemos caer en la trampa.

Las tradiciones sagradas de sabiduría nos dan cuenta de la caída de los ángeles, de entidades superiores, cercanas al trono del Padre, que se rebelaron para hacer su voluntad.  No estamos hablando de seres menores, sino de creadores de mundos que decidieron, y siguen decidiendo, utilizar su fuerza.  En efecto, son seres de luz, con capacidad de influir en un mundo tan pequeño como el nuestro si lo comparamos con la vastedad de los multiversos.  Sí, esa luz brilla y es poderosa.  Si desconocemos la existencia de la Luz mayor nos podemos conformar con esa luz inferior, como cuando adorábamos al Sol. 

Entonces, por desconocimiento o consciencia chiquita, podemos dejarnos embelesar por lucecitas navideñas, por voces encantadoras que nos siguen llevando a la competencia, la pasión y la fragmentación desde el ego.  Eso es particularmente cierto en este domingo.

¡Hay una Luz íntegra! Esa Luz es Amor y Consciencia, con mayúscula, de la cual todo proviene.  Es la Ain Soph, que podemos honrar e intuir.  Esa Luz mayor es la generadora de vida, la creadora de los multiversos, que se despliega a través de todo lo creado, la cual permite a la semilla germinar, a la rama de pasto muy delgada surgir entre el pavimento, a la unión de un óvulo y un espermatozoide encarnar un nuevo ser.  Esa Luz nos conecta con la totalidad, desde nuestra imagen, reflejo de Dios, para recuperar la semejanza, la capacidad para sostener el Amor.  Esa Luz es la que nos permite solidaridad plena, cooperación, amor incondicional, perdón, reconciliación, el abrazo entre todos los seres. 

Aprovechemos este tiempo para alinearnos con esa Luz mayor.  Pidamos la guía divina para no dejarnos enredar por las luces menores de los ángeles caídos, que tan hábilmente se disfrazan y nos pueden llegar a seducir. Discernamos para poder distinguir esas luces chiquitas que nutren los egos de la Luz que nos ayuda a integrarlos y trascenderlos.  Oremos, meditemos…  eso no se opone al baile ni a la fiesta.

@edoxvargas