La navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo, es la celebración del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Antes de la navidad viene su preparación, que litúrgicamente en el rito católico se conoce como adviento y se inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre. La navidad para los católicos es muy rica en tradiciones, principiando por la novena que se inicia el 16 de diciembre y sirve de encuentro familiar en torno a la preparación para recibir la llegada del Niño Dios.
En los hogares existe la costumbre de armar un pesebre navideño, inspirado por San Francisco de Asís, haciendo una humilde y sencilla representación de cómo pudo haber sido el nacimiento del Niño Jesús. También está el árbol de navidad, cuya iniciativa se dice que se debe sobre los siglos séptimo u octavo, cuando San Bonifacio obispo anglosajón y evangelizador en Alemania, corto con un hacha un árbol de roble sustituyéndolo por un pino y lo adornó con manzanas y velas, que representaban el agradecimiento por la venida de Nuestro Señor Jesucristo.
Mucha gente se pregunta porque se asocia al árbol de navidad con la nieve, la razón es que aquella tradición sale del mundo europeo y como la navidad en Europa se celebra en invierno, ha tomado dicha imagen que identifica a la época y la natividad.
Ahora, la mesa navideña y su cena de media noche, también es una tradición europea, en la que se agradece la venida del niño Jesús, parecida al banquete judío. Los villancicos son tiernos cantos que se le hacen al niño y cuentan su nacimiento, ambientando las fiestas navideñas. Las tarjetas de navidad son un presente en que la gente se comunica con sus familiares y amigos para desearles principalmente la paz y un año nuevo de bienestar y progreso.
Por último, el regalo o presente es una costumbre que se popularizó con la creación de Papá Noel, Santa Claus o también San Nicolás, un personaje que lleva regalos a los niños inspirado en un obispo griego del siglo VI que vivió en Anatolia y que era muy venerado en la Europa de aquella época.
Con el surgimiento en Norteamérica de la vida comercial, este tierno personaje tomó gran importancia en el concepto mercantil y de ahí viene la asociación de una tradición católica con el interés comercial. Por eso los cristianos debemos vivir está época con el corazón, lejos de los intereses y solo con la sinceridad que nos da la verdadera y autentica tradición de conmemorar el nacimiento de Cristo y no movidos por los regalos que debemos hacer o recibir. Hagamos en esta navidad una reflexión para sentir la presencia viva de Nuestro Señor Jesucristo en todos los corazones, para que nos traiga la paz, tranquilidad y felicidad en nuestras vidas.