LA OTRA CARA | El Nuevo Siglo
Jueves, 18 de Septiembre de 2014

A pagar caro

 “Así dirá la valla tributaria, en el borde del abismo”                                                                                                                                                                                                                                                           

EL  ciudadano del común no está convencido de que la Reforma Tributaria no golpeará a la denominada clase media y que, “el esfuerzo será solo de 50 mil colombianos, enmarcados dentro de la base gravable de 1.000 millones de pesos”, como sostuvo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, en el Congreso la semana pasada.

Ya se ha escuchado a gremios empresariales, centros de análisis económico y  exministros de varios gobiernos. Todos han esgrimido la tesis de que a mayor tributación, los precios al consumidor se dispararán desde finales de año en adelante.

No se trata de crear pánico económico, ni meterle miedo a la ciudadanía. Es la verdad, alrededor de los temores que se advierten en la calle, el mejor medidor público de las circunstancias del país.

Profesionales independientes, comerciantes, contadores, asesores de pequeños y medianos negocios y trabajadores en general, son la fuerza viva que habla, sin color partidista, sino con lo que sienten en el bolsillo.

Si alguien contribuye a activar por abajo el circuito económico de un país son los asalariados y millones de particulares, sin sueldo y sin pensión. Son héroes que extienden el billete, para gastos alimenticios y de mantenimiento familiar, además de educación y salud a hijos y, muchas veces a sus padres.

La conclusión sin ribete académico y sin eufemismos establece que el momento no es oportuno para una Reforma impositiva y alta en impuestos, así sean solo por arriba, porque por abajo, el dolor se sentirá en bolsillo y estómago, a punta de alzas en toda clase de consumos.

Consorcios empresariales para obras de infraestructura,  como las vías de reciente adjudicación, celebran que los contratos se hayan puesto en marcha, pero no ocultan su preocupación, sobre si se pagarán como está previsto. ¿De dónde saldrán los recursos financieros para cubrirlos?   

En contraste está el espejo revelado por el Gobierno que resalta cómo el contrabando supera 12 billones de pesos anuales. Es el verdadero monstruo que carcome la economía y destruye  producción, comercio, empleo y trabajo independiente.

Son serios y directos los argumentos de sectores sociales sin acceso al ministro Cárdenas, ni al Congreso, este último, siempre de espaldas al ciudadano del común.

El panorama tiene salidas: si hay decisión y no vacilación reducir la capacidad del Estado, inflada cada 4 años; abrir  herramientas jurídicas para perseguir evasión, como se hace contra  narcotráfico y terrorismo y, cerrar la multibillonaria propaganda oficial, que en lugar de informar, termina por fastidiar.

De lo contrario, a pagar caro. Así dirá la valla tributaria, en el borde del abismo económico.