La Patria Boba | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Junio de 2017

En los años ochenta había por ahí un grafiti que decía “El país se derrumba y nosotros de rumba”. Y ahora, con motivo del atentado del sábado en el Centro Andino, podría parafrasearse en uno que diga nos hacen la guerra y nosotros en guerra.

Dicen que uno no sabe con quién está casado, sino hasta cuando se divorcia. Lo cual es cierto, y denota que el verdadero talante de la gente no se conoce sino en las crisis. Y lo que ha demostrado el atentado del sábado es que algunos dirigentes colombianos están hechos del peor material posible.

Sujetos como un parlamentario del CD de apellido Prada o auto exiliados en Miami a donde huían de la justicia no se les ocurrió otra cosa sino aprovechar el dolor de las víctimas y la natural indignación colectiva para dirigir la rabia contra el Presidente de la República para  “sacarlo ya”. Son de los mismos creadores de aquel cuyo mayor orgullo es cargarle la maleta a su Jefe, el mismo que desde una tarima culpabilizó a las Farc de la avalancha de Mocoa. Salen ahora a pararse sobre los cadáveres de las víctimas del terrorismo en el Centro Andino para intentar obtener réditos políticos. ¡Que bajeza! Por mucho que digan que los pueblos tienen los dirigentes que se merecen, dudo mucho que el mismo pueblo que parió a la Gaitana, se merezca semejantes irresponsables.

Pero si por la extrema derecha llueve, por la izquierda no escampa. Ahí estaban muchos de esa ala ideológica negando su solidaridad, porque no han sentido la misma frente al exterminio sistemático de dirigentes sociales.  Puede que tengan razón en la causa, pero se equivocan en la consecuencia. ¿Dónde está la altura moral que los legítima para ser alternativa de poder?

Entretanto, cada quién busca el culpable que más le convenga a su propio prejuicio. Salud Hernández, la misma a la que le filtraban las filtraciones del DAS cuando desde allí se acosaba a la Corte Suprema, ahora concluyó categóricamente que la autoría es del ELN. A las Farc no las han culpabilizado, de puro milagro. Afortunadamente las autoridades han actuado con mesura y profesionalismo.

La verdad es que esa investigación es complejísima. Es natural pensar que quienes allí actuaron lo hicieron con el objeto de volver trizas el Acuerdo de Paz. De hecho, en las redes sociales hay gente de ese espectro ideológico que casi celebra el atentado. Pero no solo desde allí puede venir semejante ataque. Los elenos son sospechosos. Y lo son, aunque salieron a negarlo. Ese estilo demencial no les es extraño. Y siempre han negado lo que hacen.

Los GAO (Grupos Armados Organizados) también son sospechosos. No sólo porque han amenazado hacerlo, sino porque no están muy contentos con el Acuerdo de Paz. Aunque en principio son beneficiarios de los negocios ilegales que dejan las Farc, saben que a mediano plazo el Estado libera hombres, tecnología y presupuesto que puede dirigir exclusivamente contra ellos hasta exterminarlos. Y que lo va a hacer.

El problema de las investigaciones de atentados en Colombia no es la falta de sospechosos, sino el exceso.

@Quinternatte