“¿Si en Colombia seguimos encarcelando a los corruptos, quiénes nos van a gobernar?”
Desde los tiempos de la Colonia, lejos de las ciudades, fuera de la historia, millones de hombres, en el trabajo oscuro de los campos, han venido construyendo la grandeza nacional. La verdad profunda es que la riqueza, la entraña de la nación está en los campos. Tenemos una República esencialmente agrícola.
“La gran ciudad - afirma Spengler en una de sus asombrosas síntesis- señala el término del ciclo vital de toda gran cultura. Los aldeanos de antaño dieron vida al mercado, a la ciudad rural y la alimentaron con su mejor sangre. Pero ahora la gran ciudad, con la complacencia de la clase política que todo lo manipula, chupará la sangre de la aldea, insaciablemente, pidiendo hombres y más hombres, tragándoselos hasta que al fin muera en medio de los campos despoblados”. En las democracias, todo lo determina el Congreso. Las provincias, desde el punto de vista numérico, hacen mayoría con sus parlamentarios ¿Por qué no diseñan un país menos concentrado?
Las “regalías”, manejadas por las provincias se convirtieron en una orgía escalofriante. Tuvimos más de 30 años de “faraónica bonanza petrolera” y no queda para la historia una sola obra colosal financiada y ejecutada con tan extraordinarios recursos. El Ecuador, con 15 millones de habitantes y 15 años de abundancia petrolera, muy modesta en comparación con Colombia, se dejó para la posteridad una excepcional infraestructura y siete hidroeléctricas de impacto. Con las bonanzas petroleras en Colombia nos dedicamos a robar, hacer fraude, derrochar y cometer mil estragos.
Ahí están las piscinas con olas, insólitas obras suntuarias y la monumental tragedia de la refinería de Cartagena. Los amigos de la Costa Caribe deben pensar en la incontenible corrupción regional. En La Guajira, los “kikos’, los “monos” y los 21 de los 46 parlamentarios caribeños presos en La Picota. Hoy, los 3 poderes están reunidos en este panóptico. ¿Si los provincianos hacen mayoría en el “Parlamento”, por qué no hacen las reformas pertinentes, sin tanto despliegue y espectáculo? Las regalías, ante el festín de las localidades, regresaron al manejo monárquico del Presidente, por decisión de los representantes y senadores de los pueblos.
El movimiento del Caribe debe estudiar con urgencia la eliminación de las asambleas, que se han convertido en pensionadores de multitud de políticos, como lo ha denunciado el doctor Jaime Castro, autoridad en la materia. El Contralor se ha opuesto a los personeros y a los contralores actuales, pues esta función debe ejercerla La Contraloría General. ¿Los personajes escogidos por las asambleas y los concejos, si son subalternos de los políticos, con qué autoridad moral pueden adelantar tareas de anticorrupción? A mí me llamó Alzate Avendaño el “Descuartizador de Caldas”, por haber abanderado la creación del departamento del Quindío, pero más que descentralización, predicamos transparencia, moralidad y manejo del bien común, respetando valores y principios. ¿Si en Colombia seguimos encarcelando a los corruptos, quiénes nos van a gobernar?