En Estados Unidos, 33 fiscales generales presentaron una demanda federal contra Meta, la empresa dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp. La acusación señala que, Instagram “implementó funciones adictivas” para enganchar por más tiempo a los usuarios.
Según la tesis de los fiscales, que presentaron quizá la demanda más compleja que haya enfrentado Meta en Estados Unidos, el objetivo con los cambios que impuso Instagram antes, durante y después de la pandemia apuntaban a que los usuarios “permanecieran el mayor tiempo posible dentro de la aplicación”.
Además, los fiscales han reiterado que Instagram nunca les advirtió a los usuarios sobre los cambios y mucho menos hizo referencia a las consecuencias que traen las modificaciones en sus algoritmos. Esos algoritmos que no son más que la herramienta diabólica que hace que una red se vuelva adictiva.
Pero eso no es lo más grave. La acusación más compleja que resaltaron los fiscales es que, Instagram recolectó información privada de menores de 13 años. Algo que está totalmente prohibido por las leyes de diferentes estados de la Unión Americana.
¿Qué dijo Meta ante todo esto? Lo de siempre. "Nos decepciona que, en lugar de trabajar productivamente con empresas de toda la industria para crear estándares claros y apropiados por edad de las muchas aplicaciones que usan los adolescentes, los fiscales generales hayan elegido este camino".
Lo cierto es que Meta tuvo que cambiar todos sus algoritmos para poder competir con el huracán de TikTok. Era una cuestión de supervivencia. O se adaptaban o perdían más usuarios de los que ya perdieron. La red social china tuvo un éxito rotundo con su modelo de intrusión sumada a la eterna línea de videos cortos.
Distintos cálculos señalan que, los usuarios de TikTok pueden pasar entre 3 y 6 horas en la plataforma sin salir. Una absoluta barbaridad. Y si el cálculo de tiempo perdido se realiza entre usuarios entre los 10 y los 16 años, el cuento se pone aún peor: pueden pasar hasta 7 horas seguidas viendo una infinidad de videos cortos.
El problema es que TikTok es un conglomerado chino y Meta es un monopolio americano. Los dueños de Instagram se pasaron dos pueblos en su afán de equipararse con el dragón chino. Pasaron unos límites de privacidad que eran muy claros y ahora tendrán que enfrentar las consecuencias. O al menos eso parece.
Pero el tema de fondo sigue siendo la adicción. Las redes sociales son cada vez más adictivas, sabemos, por los algoritmos. Cada vez hay menos personas haciendo actividades en el 1.0. Cada vez se práctica menos algún deporte. Es más, y existen cifras para corroborar esto: cada vez hay menos parejas saliendo a citas. Todo es una gran exageración. Todo es una burbuja digital gigantesca.
La adicción a las redes sociales se está convirtiendo en una nueva pandemia. Al igual que la ludopatía digital. Cada vez estamos más encerrados y ensimismados en nuestros dispositivos. Y lo peor de todo es que parece que es muy tarde para cambiar estos paradigmas.