Muchos factores influyen en la corrupción nacional. La precaria formación ética que ofrece el sistema educacional, la codicia exagerada, el afán por el dinero fácil, la ley del menor esfuerzo, el desconocimiento de que el trabajo debe ser la única fuente de riqueza. Con frecuencia se oyen aforismos tan corruptores como el siguiente: los primeros 500 millones se hacen de cualquier manera y la honradez viene después, poco a poco.
Para el que súbitamente se enriquece no le resulta fácil justificar el origen de su gran fortuna si ha tenido una causa ilícita. Siempre se acude a mil trucos para legalizar el dinero. Se mezcla el dinero espurio con un comercio correcto, inflándose las utilidades. Es frecuente sobornar banqueros para consignar sumas significativas sin informar a las autoridades. Es mucho el dinero que se lleva a los paraísos fiscales. Allí nadie controla. La plata se saca en maletas, en grandes bolsas convenientemente adecuadas al cuerpo de la persona, avionetas, juguetes, piernas artificiales, etc. Según Hernando Hernández Quintero en “El lavado de activos”, Ediciones jurídicas Gustavo Ibáñez, 2000, en Suiza se mueven más de 300.000 millones de dólares relacionados con los estupefacientes. A veces una persona deposita una cantidad grande de plata en un banco extranjero y esta institución le hace un préstamo a éste cliente por igual suma. Los medios más conocidos para lavar plata mal habida es la sobrefacturación. AI importar repuestos se les asignan precios elevadísimos. La inversión extranjera con plata manchada de delito. Compra de propiedad raíz, refinanciar y reestructurar negocios arruinados, que venden al contado, adquisición de complejos turísticos, teatros, la doble facturación, los casinos, compra de boletas de loterías premiadas. El mercado extra-legal de electrodomésticos se presta para lavar fortunas.
Existe la imperativa obligación legal, por parte de instituciones financieras, de informar a la autoridad los movimientos sospechosos de dineros significativos. Es muy importante la figura jurídica conocida como "Omisión de control”. El callar ciertas operaciones es severamente castigado. La ley exige comunicar el tipo de transacción que realiza el sospechoso, nombres y apellidos, cuantía, fecha, etc. Dada la clandestinidad en que se mueve el dinero ilícito, por concepto de droga, algunos investigadores sostienen que más de 500.000 millones de dólares manipulan los delincuentes. La cifra exacta es un misterio. Semana -16 -dic. 11 del 2015- cree que en el país el monto de lavado llega a 7.000 millones de dólares distribuidos así: 3.000 en contrabando, 3.000 en narcotráfico y 1.000 por razón de otros delitos.
En su obra Estructura de la economía colombiana, expresa Gilberto Arango Londoño: "No es posible cuantificar los efectos nocivos de las actividades que se llevan a cabo subterráneamente sobre la economía abierta o institucional, pues no es fácil establecer el volumen exacto. Sin embargo, se calcula que un 60% del mercado y no controlado por las autoridades se realiza con estos fondos. Esta economía subterránea distorsiona la estadística nacional, altera la planeación y ejecución de políticas económicas. El crecimiento real del ingreso, la posición de la balanza de pagos, la distribución por habitante de ingresos, la situación del empleo y desempleo, son algunos de los elementos que debe toman en cuenta cualquier gobierno para señalar políticas en el campo económico". (Publicación U. Javeriana, 7a Edic.).
Son muchos los daños que ocasiona el lavado de dólares. Al introducir cantidades enormes de contrabando, aumenta el consumo, pues los precios son bajos, pero el producto nacional queda sin salida ni mercado. Esto lesiona el comercio formal, fuente fiscal insustituible del Estado.