Lorena Rubiano | El Nuevo Siglo
Lunes, 21 de Marzo de 2016

La Colombia que queremos

 

“Se necesita un alto en el camino para recomponer el país”

 

Nunca fui orgulloso o interesado y siempre estuve satisfecho con el puesto en el país en el que vivo y al que amo, nunca he buscado ni deseado otro puesto, pero ahora me es penoso estar aquí ocioso y no poder hacer nada por la patria acosada.

Wilhelm von Humboldt

Apesadumbrados vemos los jóvenes como se disuelve al país, como se descascara y se desintegra ante la mirada inmóvil de nuestros dirigentes.

Desgraciada oportunidad que nos hayamos tenido que unir únicamente por el fallo adverso de la Corte Penal Internacional y no porque nuestra amada Colombia necesita un alto en el camino para recomponerla. Ver con ojos desprevenidos y miradas apaciguadas hacia el futuro, hacia el porvenir y no tanto hacia el pasado  que ha sido poco halagador.

Será posible, será mucho pedir a nuestros dirigentes que hagan un alto en el camino para que estudien varios temas prioritarios y busquen como decía Álvaro Gómez un “acuerdo sobre lo fundamental” y trabajen unidos, porque si el país se desintegra recaerá sobre sus hombros la responsabilidad de no haber hecho un esfuerzo para impedirlo.

Si hace varios años, la canciller María Ángela Holguín y el Gobierno hubieran escuchado y atendido recomendaciones de juristas y eruditos en el tema, como Rafael Nieto Navia, Juan Daniel Jaramillo y Álvaro Leyva Durán, nos hubiéramos evitado esta emboscada internacional y nos hubiéramos ahorrado los siete millones de dólares pagados a los abogados, que ahora insultan a la Corte, por su ya esperada decisión.

Álvaro Leyva escribió en El Tiempo, el 3 de abril del  2013: “Tampoco cabe responsabilizar de lo ocurrido a tal o cual administración presidida por tal o cual Presidente, toda vez que lo que comienza mal termina mal”.

¿Vale la pena entonces desgastarnos en garroteras internas, tales como que hacer señalamientos en este momento solo afecta la unidad nacional que se requiere para acompañar todos al presidente Juan Manuel Santos en las decisiones que deberá tomar en un futuro próximo frente al dictamen de la CIJ; esto, sin consideración de amistades o malquerencias? Se tratará de trazarle a la Nación una necesaria política de Estado dirigida a hacer prevalecer los derechos de todo un grupo humano, que se han pretendido conculcar con una sentencia jurídica y moralmente inaplicable por su dañino y dañado alcance. En este caso, son las exigencias del derecho -que son las del país- las que nos mantendrán nuestros derechos". A cualquier pretensión diferente habrá que sacarle una tarjeta que diga: "No ha lugar".

lorenarubianof@gmail.com