LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Agosto de 2013

Lamento boyacense

 

“Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es  porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar”.

Marquesa de Sévigné

 

EL  paro nacional agrario, que ojala se haya levantado en el momento de publicarse esta nota, tiene como escenario principal mi tierra boyacense.

Condeno todo acto de violencia, venga de donde venga y rechazo los excesos de los manifestantes y de la fuerza pública contra los campesinos. Ha sido muy torpe y arrogante el manejo que el presidente Santos le ha dado al paro. Esa frase lapidaria de que “El paro no ha sido por lo menos de la magnitud que se esperaba" indignó y enardeció a los campesinos y ahí tenemos las consecuencias de ese reto.

Necesitamos una reforma agraria integral, para evitar bandazos  y lo digo como agricultora, que fuimos engañadas por el Gobierno para sembrar caña de azúcar en la zona de Ricaurte y nadie  nos la compró. No necesitamos paños de agua tibia, ni subsidios por unos días, ni más ilusiones. Este tema agrario toco fondo. No nos prepararon para los TLC, no somos competitivos y para lograrlo necesitaremos como diez años, de aquí a allá ya estaremos  en la tumba con este epitafio: “aquí yacen los campesinos colombianos que creyeron en el Gobierno”. No soy  terrorista, pero lo digo con el corazón en la mano: el país necesita una revolución en el campo, el sector agrario no aguanta más, no podemos seguir siendo las cenicientas del desarrollo.

Me pregunto, ¿por qué  los únicos que muestran, utilidades cuantiosas, son los insaciables banqueros? Los intermediarios, que nos pagan miserablezas  por nuestros productos? ¿Los importadores de insumos, los contrabandistas y las transnacionales de la minería, que solo nos dejan miseria?

En nuestro país 2,8 millones de personas están directamente vinculados al sector de la agricultura y en Boyacá vivimos la mayoría de pequeños cultivadores y lecheros que estamos produciendo a pérdida, por la falta de vías, por el alto precio de la gasolina, de los fertilizantes y los tratados de libre comercio. Y para colmo de males, según lo denuncio el senador José Darío Salazar: el presupuesto del sector agropecuario fue reducido en un 37.3%, equivalente a 532 mil millones de pesos.

El senador Juan Mario Laserna agrega que la tierra es la gran esperanza del pueblo colombiano, necesitamos medidas para que a los campesinos se les permita competir en el mercado nacional e internacional.