LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Septiembre de 2013

Por la dignidad boyacense

 

Epígrafe

“Bajo la ruana y el sombrero llevo orgullosa la dignidad de mi tierra” 

 

Somos tranquilos, tenemos paciencia, pero esta se nos acaba. Somos patriotas, somos buena gente, somos carrangueros, pero no somos pendejos.

Se aproximan nuevas elecciones para Presidente y congresistas y tenemos que estar alertas, no oír cantos de sirenas, sino cosas concretas. No queremos ilusiones sino realidades. Estamos cansados de que nos engañen. Vienen por los votos en helicópteros y después jamás regresan porque les fastidia hasta el abono de nuestras vacas. No queremos que los acaparadores e intermediarios de nuestros productos agrícolas se lleven todas las ganancias, mientras nuestros campesinos pierden hasta la sonrisa. No queremos pagar el biocombustible a precios de petróleo, no queremos pagar a las petroleras diez veces más por nuestro propio petróleo, no queremos gremios que solo sirven para pagarse cuantiosos sueldos a costillas de los productores.

No más atropellos a mi gente boyacense. No queremos limosnas, exigimos respeto para lo nuestro. Vamos por los derechos de la mujer campesina. Exigimos que se respeten y se cumplan los acuerdos pactados. Más desarrollo para el campo, con seguridad social y educación. No queremos que el campo se muera, exigimos una reforma agraria integral.

Y termino con este hermoso mensaje deAlejandro Lerner, que sintetiza mi pensamiento: "Que mi pueblo no se quede sin palabras, no se quede sin mañanas, ni fuerzas para luchar... que mi pueblo no robe por comida, que no ruegue por justicia y no deje de soñar... que los niños puedan llegar a la escuela y abrazar la vida entera con trabajo y libertad... que lo duro no se nos haga imposible, que yo creo en utopías y que se pueden lograr... que mi gente no pierda la memoria, que no repita la historia que nos ha hecho tanto mal... que mi gente no pierda la esperanza, que la fe nunca descansa y que Dios sabe escuchar... que a mis calles vuelvan todas las familias sin tener miedo ni prisa de morirse ahí no más... que no hay nada más decente que la voz de nuestra gente cuando exige la verdad... Que hubo algunos que se han ido con los bolsillos vacíos respirando dignidad.... mientras que otros se han llenado de todo lo que han robado pese al hambre popular... que mi gente no pierda la sonrisa, no pierda la poesía ni la sangre, ni la luz... que hoy mi gente reclama por justicia, reclama por comida… reclama por salud…”.

Colombianos: o despertamos o nos comió el tigre.

Lorenarubianof@gmail.com