Lorena Rubiano Fajardo | El Nuevo Siglo
Lunes, 7 de Marzo de 2016

La crisis energética

“Seamos conscientes y bajemos el consumo”

 

Hay quienes pasan por el bosque y solo ven leña para el fuego.

Proverbio ruso

En momentos de crisis, empieza el lavatorio de manos, pero debería ser de pies, porque todos han metido las de caminar. Se lavan las manos diciendo que el problema energético es por el fenómeno de El Niño, que es porque no llueve, que es porque estamos consumiendo mucho, que es qué ...y hasta ahí llegan . Nadie asume la responsabilidad y sobre todo nadie indica el camino a seguir para evitar que los niños y niñas (no me gusta el nombre) que vienen por el cambio climático afecten la producción energética.

Ya la Procuraduría General de la Nación había puesto el dedo en la llaga advirtiéndole al  ministro de Minas y Energía, Tomás González Estrada, que: “no es cierto que las causas de la crisis energética del país sean de la actualidad, pues ya desde 2012 se venía alertando por parte de dicha entidad sobre las mismas”. En esa época se advirtieron las preocupaciones al respecto como, por ejemplo, contar con gas importado para casos de sequía extrema.

Además no nos han explicado a los colombianos, que tenemos derecho a saberlo, si se utilizaron correctamente los $14 billones recogidos en las facturas con el cargo de confiabilidad, o si por el contrario esa platica se perdió y hacer que paguen los que se la embolsillaron .

Somos sensatos: en tiempos de crisis todos debemos aportar nuestra gota de agua para evitar un racionamiento energético y por ende evitar que aumente la crisis económica del país.

Seamos conscientes  de la situación y digamos: “Yo disminuyo el consumo  y así también  ahorro energía  y evitemos los desperdicios”, pero el Gobierno debe apretarse el cinturón y no subirnos las tarifas, controlar y exigir a los generadores de energía que cumplan con las metas establecidas.

Que se nos diga la verdad, si estamos expuestos o no a un apagón, porque a esta crisis se suma que Venezuela no cumplirá con las exportaciones a Colombia de gas natural, la parálisis de la hidroeléctrica del Quimbo y los daños en dos más. ¿Cómo es posible que esto no se pueda prever? De manera que somos los consumidores los que le podemos dar un alivio al sistema reduciendo, como ya lo dije, la demanda, generando una o dos horas la energía en cada edificio, y ahorrando, ahorrando.

lorenarubianof@gmail.com