Ley Gloria Valencia
“En honor de Gloria Valencia de Castaño, nuestros parques van a recibir más recursos y con ellos habrá mayor protección para nuestra fauna y nuestra flora”
Presidente Juan Manuel Santos
Para satisfacción de todos los colombianos el presidente de la República, Juan Manuel Santos, promulgó la Ley Gloria Valencia de Castaño, tramitada e impulsada en el Congreso por el senador Juan Lozano que, entre otras cosas, establece que “los contribuyentes que hagan donaciones a Parques Nacionales Naturales de Colombia tienen derecho a deducir del impuesto de renta el 30% del valor de las donaciones efectuadas durante el año o período gravable”.
Me ratifico en mi apreciación cuando propuse la creación del premio ambiental Gloria Valencia de Castaño, en señalarla como la pionera, un icono, un símbolo de nuestras luchas en defensa de nuestra Flora y la Fauna. Fueron ella y su querido y afable Álvaro Castaño Castillo quienes iniciaron en Colombia en 1974 su tarea pedagógica de despertarles a sus compatriotas el amor por la naturaleza y a valorar nuestros enormes recursos naturales, desde el programa Naturalia, que iniciaba con la frase “La historia de los animales y los animales en la historia”.
Ese mensaje deberá ser inscrito con árboles en el páramo de Las Hermosas entre Tolima y Valle del Cauca, que ahora llevará su nombre. Su nombre lo vamos a sembrar en las cumbres, en donde la naturaleza se confunde con el cielo, para que ella reciba el mensaje agradecido de un pueblo que le reconoce su titánica lucha contra los depredadores y destructores de la madre Tierra.
Además, la Ley determina que se publicará un libro biográfico y se pondrá en circulación una emisión de una serie filatélica, que seguramente será la imagen que un día plasmó en óleo a sus 15 años la artista española Helena Valera de Canal.
Se determina un programa especial de protección para este Parque de 125 mil hectáreas de ecosistemas de páramo, bosques de niebla y bosque húmedo tropical, con cerca de 400 espejos de agua, ríos como el Nimamaime, Tuluá y Bugalagrande, Amoyá, Ambeima, Anamichú y Cambrín, y especies animales como el oso de anteojos, la danta de montaña, la nutria, el puma y el tigrillo y varios tipos de venados, de monos y una inmensa variedad de aves.
Este Páramo, antiguo asentamiento de los pijaos, será de ahora en adelante cuidado desde las alturas por la inolvidable ibaguereña.