Expresarme sobre las enfermedades que carcomen a este país y no de ahora sino de hace décadas y las realidades sobre inseguridad, atraso, pobreza, desigualdad, corrupción, populismo, envidia, egolatría, megalomanía, incluso el descrédito mundial y fama que tenemos, así sean difíciles de aceptar para muchos, no es hablar mal de mi país.
Nuevamente: no tengo porque recibir malas caras, malos ratos, nuevos enemigos, descalificaciones, exclusión, rechazo por razón de mis opiniones públicas. ¿O acaso no estamos en un país libre en el cual está permitido opinar? En el marketing, por ejemplo, la mejor forma de atraer nuevos clientes y ser más competitivo es mediante el ejercicio del benchmarking. Y, que no consiste en otra cosa que en compararse con los mejores para revisar en qué se está fallando sin echar vainazos injustos ni culpas. No soy otro Fernando Vallejo… Colombia tiene cosas maravillosas seguramente… y me queda algo de vida para descubrirlas y así decida irme de Colombia, aún ese día, les aseguro que Colombia seguirá siendo maravillosa.
No se atraen turistas ni se solucionan los problemas de fondo adulándonos entre nosotros, echándonos flores creyendo que somos mejores que los demás: engañándonos. La crítica siempre será crítica y siempre será constructiva.
Es muy colombiano no aceptar que, por ejemplo, opinen que en Colombia nadie tiene calidad de vida como si la tiene por ejemplo un ciudadano de Orange County, California: Fountain Valley, Costa Mesa, Huntington Beach, Balboa Beach, Laguna Beach o cualquiera otra. Que puede salir a pasear a su perro solo a las tres de la mañana por la playa y sea un placer y no una riesgosa decisión como podría serlo incluso en el exclusivo barrio La Cabrera en Bogotá en dónde además resido.
Es una realidad y no debe ofenderme a mí ni a nadie. Debe hacernos reflexionar sobre por qué nosotros no podemos vivir así también. Que pueda uno subir tranquilo a cualquier hora por el hermoso sendero Las Moyas arriba del Metropolitan Club en Bogotá y llegar hasta el páramo y ver los frailejones sin riesgo de morir apuñaleado por los vecinos del barrio San Luis, como seguramente pasaría si se hace por fuera de los horarios de seis a once de la mañana y eso si hay vigilancia…
Pero el colombiano se pone molesto… y a la defensiva y se siente atacado ante esas realidades de a puño. Responden que: ¡Colombia es el país más seguro, más diverso, más bonito y sobre todo más feliz del mundo! Y yo preguntaría: ¿En cuál de todas las Colombias vive usted? Hay muchas burbujas y micro Colombias… Por ejemplo, hay una Colombia que viven muchos y empieza en la calle 94 y termina en la 72 entre carreras séptima y quince en Bogotá y la llaman “Manhattan” …Y es peligrosísima también…
Y, muchos siguen adulando al “brillante” (de frente) Petro. Sin reprocharle que él es el más anticolombiano, antipatriota y el peor ejemplo de colombianidad que ha existido muy por encima de F. Vallejo. Hablando mal al mundo sobre su país en cada oportunidad.
Juanfelipereyes@hotmail.com