MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Junio de 2014

Mujer y fútbol

 

Yo  de fútbol no sé nada. Lo confieso sin vergüenza. Sé que son once jugadores y que el objetivo es hacer goles en el arco del contrario. ¿Cómo? Ni idea. Pero comprendo que como cualquier deporte se necesita de estrategia y ejecución.

Lo que sí sé es que durante muchos años evité ver los partidos de fútbol de la selección porque supuestamente yo era un mal agüero. Mejor dicho, si veía el partido creía yo que seguro perdíamos, como en efecto sucedía.

Recuerdo como si fuera ayer el gol de Rincón contra Alemania. Estábamos en el colegio y las profesoras dispusieron de televisores en el comedor para que todos los cursos pudieran ver el partido. El partido fue histórico. Y de ahí en adelante sobrevino la lucha cada 4 años para clasificar al mundial. Yo no sé si había o no talentos, con seguridad sí, pero lo evidente es que lo que se hacía no nos alcanzaba. En nuestra historia futbolística, parecía que siempre nos hacían falta los cinco centavitos para el peso.

Pero llegaron los tiempos nuevos. El Bolillo Gómez en un acto cavernícola, le pegó a su novia. Entonces llegó Leonel Gómez pero los resultados del equipo en las eliminatorias del mundial no fueron los mejores. En semejante crisis vino la sugerencia del presidente Juan Manuel Santos de contratar un director técnico extranjero. Llovieron críticas al mandatario por dudar del talento colombiano. Pero finalmente vino el argentino. Todo cambió. De nuevo Colombia estaba en un mundial.

Confieso que cuando se lesionó Falcao pensé que nos iba a ir pésimo. Claro, no tenía ni idea de quiénes eran el resto de los integrantes de la selección. El sábado, cuando empezó el partido contra Uruguay, enfocaron a Yepes (yo no sabía quién era) le dije a mi cuñado, “ese muchacho es como bueno, ¿cierto?”. Se podrán imaginar la cara con la que me miró y la forma como me informó quién era el “muchacho”.  Pues sí, yo de fútbol no sé nada. Se supone que una columna es para opinar sobre temas que uno conozca. Lo siento, en esta no lo logro, pero creo desde mi infinita ignorancia que la historia del fútbol de Colombia cambió y no por obra de un triunfo, sino de un proceso colectivo que comenzó desde la paliza de la novia del Bolillo Gómez. Lo más emocionante es que los niños/as pequeños están creciendo viendo hacer goles desde el comienzo de los partidos. Estas generaciones no van a crecer con la carencia de los cinco centavitos pa’l peso, sino con los pesos completos. Felicitaciones Colombia. Apuesto que el viernes ganamos (es el viernes, ¿verdad?).