China no es fácil
Poco revuelo causó el viaje del presidente Santos a China. Los medios de comunicación casi hicieron caso omiso al periplo del mandatario. Leer el artículo de Carlos García Tobón en la revista Semana tiene tintes un poco trágicos como que no hay una agenda política y comercial clara, que el Presidente improvisó, que Colombia quiere pararse frente a China de igual a igual y que básicamente lo más importante del viaje fue la referencia que hizo el Presidente sobre la reforma tributaria que ha causado (y con razón) tanto revuelo.
Sin desconocer el conocimiento del doctor García tengo que decir que esperar resultados más contundentes del viaje a la China era imposible. Precisamente por eso, por ser China. Un país hermético, su cultura es cuidadosa y amable, el chino nunca dice no, es sutil, observador y muy desconfiado.
Y la desconfianza es propia de su cultura. El chino desconfía del mismo chino. Entre ellos se roban, el cotidiano vivir en una calle de Beijing es que en cualquier momento alguien le roba a uno lo que lleva encima. Claro, también es una cultura respetuosa y temerosa. No en vano hasta uno como turista siente pánico de la guardia que da la impresión de ser abusiva y por qué no, corrupta.
Así que difiero del doctor García. A diferencia del expresidente Álvaro Uribe que más por complejo personal que otra cosa, en lugar de salir al mundo a vender a Colombia se lo pasaba “chapoteando” en cuanto río encontraba, el presidente Santos “maletea” de país en país buscando oportunidades comerciales y de inversión. Y una de ellas era ir a la China e iniciar un proceso de acercamiento, de presentación del país y sus posibilidades. Los chinos desconfían curiosamente de nosotros por ser tan lejanos y tan poco conocidos y de eso puedo dar fe después de haber “maleteado” como empresaria en un viaje de presentación de mi compañía. Claro, este análisis es a otro nivel muy distinto que el gubernamental pero tiene matices que hacen comprender que es mejor iniciar una gestión ya, y no esperar ningún resultado hasta dentro de algunos meses o años. Los chinos desconfían de Colombia porque no la conocen y por ello es tan importante este tipo de visitas oficiales. No sólo para el país sino para todos los pequeños empresarios que con valentía se presentan en esa potencia mundial.
Tal vez son sólo anuncios lo que realzó el presidente Santos, pero lo cierto es que hay que sembrar para después cosechar y el Presidente desde hace mucho tiempo, frente a Asia, parece tener muy claro lo que quiere hacer.