MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Agosto de 2011

Vamos por el Mundial 2026


“Colombia puede de sobra con este tipo de eventos”


¡CARAMBA,  como estamos de contentos! Colombia cumplió ante el mundo y ante nosotros mismos, el Mundial de Fútbol, categoría Sub-20, que se jugó del viernes 29 de julio al sábado 20 de agosto en el país, resultó tener la energía y alegría de un carnaval y la organización de una empresa bien administrada.


Desde el primer día, durante su inauguración en Barranquilla, vimos una Colombia lista a acoger a jugadores y visitantes de todo el mundo. Lástima que la transmisión del evento inaugural, con los miles de bailarines interpretando y gozando de nuestra música, hubiera sido tan mediocre; aparentemente, por un torrencial aguacero que dañó parte de los equipos e impidió la alocución del presidente Santos. Pero esto no frenó el entusiasmo que invadía al Estadio Roberto Meléndez, totalmente lleno a pesar de la lluvia.


Luego vino la goleada del equipo colombiano al francés (4-1) y las consecutivas victorias sobre Malí (2-0), Corea del Sur (1-0) y la difícil, pero merecida, victoria contra Costa Rica (3-2), que nos llenaron el corazón, los oídos y los ojos de alegría.


A pesar de la derrota de nuestros excelentes muchachos a manos de los mexicanos, la cual nos aguó la fiesta, hay que reconocer que Colombia se lució en este Mundial en muchos aspectos. Los estadios de las ciudades participantes lucieron bien, modernos y con una bella grama, las barras mostraron gran cultura deportiva, no sucedieron incidentes desagradables, reinó el orden a la entrada y salida de los encuentros.


Armenia, Barranquilla, Bogotá, Cartagena, Cali, Manizales, Medellín y Pereira se engalanaron para mostrar su lado amable. Indudablemente, fue un hit para Medellín el hecho de que la Feria de las Flores hubiera coincidido con la primera semana del campeonato. Los que jugaron o asistieron por esos días a Medellín, deben haber quedado fascinados con tan bello evento. Lo mismo se dirá de las otras ciudades, pues todas cumplieron.


Esto demuestra que Colombia puede de sobra con este tipo de eventos. Ojalá vengan otros de este nivel, o aún más importantes. Yo digo: ¡Vamos por el Mundial de Fútbol del 2026!


Estos eventos son una gran ventana para mostrarle al mundo cuanto hemos avanzado en seguridad desde el 2002 durante los gobiernos de Álvaro Uribe. Y cuan organizados podemos ser.


Quizás, ahora sí, el turismo internacional pierda el miedo a venir a nuestro hermoso país. La buena imagen que este Mundial nos creó ante millones de espectadores de todos los continentes nos puede abrir la puerta a las grandes ligas del turismo y al desarrollo, fuentes de empleo, y riqueza que esto significa.


Ahora que concluyeron estos afortunados 23 días de balompié, el mundo nos verá de una manera diferente, como el carnaval de alegría y colores que Colombia realmente es.