MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 27 de Agosto de 2014

Cabeza fría

 

En medio del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, que avanza, gústenos o no nos guste su contenido o su estilo, veo con gran preocupación cómo la violencia del lenguaje, y aun de algunos hechos, se ha ido apoderando de la sociedad civil y de los medios colombianos.

Los ataques contra aquellos que se atreven a decir algo contra dichas negociaciones son tan violentos y absurdos, como son los ataques contra las negociaciones y los negociadores. Se ha perdido la objetividad, el realismo, y la verdad se ve borrosa y mancillada. A unos y a otros se les imputa ser villanos. El ciudadano común ya no sabe qué creer, ni se le permite opinar.

Es acaso que la ira, el odio y la irracionalidad engendrada por 50 años de guerra plagada de crímenes horrendos contra la población civil, miserables secuestros y torturas, violaciones, menores arrancados de sus casas para ser carne de cañón, minas quiebrapatas, desplazamientos forzados, en fin, esa interminable lista de crímenes, nos han convertido en una sociedad incapaz de discutir y concertar nuestras diferencias en este tema de una manera racional y pacífica.

Como están las cosas, aunque se firme este acuerdo, jamás tendremos paz.  De uno y otro lado hay demasiado odio y resentimiento. Por eso, quiero recalcar la actitud de importantes mujeres que, con cabeza fría, hacen propuestas concretas que quizá ayuden a cerrar la brecha entre los partidarios de las negociaciones y sus opositores y a encontrar un terreno intermedio donde se puedan con sensatez enterrar las hachas que nos dividen.

Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa y excandidata a la Presidencia por el Partido Conservador, propuso en una carta abierta al presidente Juan Manuel Santos que se exija a las Farc cesar inmediatamente sus ataques contra la población civil, el reclutamiento de menores, la violencia sexual. Dice ella: “Establecer las condiciones humanitarias mínimas debe ser una condición para continuar en la búsqueda de la terminación del conflicto y las debe exigir el Gobierno, o en consecuencia, el proceso terminará perdiendo, irremediablemente, la confianza de los colombianos (…)”.

Por su parte la congresista por el Partido Liberal, Clara Rojas, quien permaneció 7 años secuestrada por las Farc, propone una mayor representación de las mujeres en la mesa de negociación, ya que ellas han sido las más afectadas en el conflicto:“En ese sentido, y sin demeritar  la labor y el recorrido académico de cada uno de los expertos, se presenta gran preocupación por la ausencia de mujeres, ya que de los 12 expertos solo una es mujer”. Insiste también en que se requiere “mayor pluralidad en la visión que se tiene sobre los orígenes de la violencia que hemos venido padeciendo desde hace más de 50 años y no sólo una perspectiva ideológica”.

Dos voces entre muchas que, con ecuanimidad y gran experiencia en el tema, hacen propuestas que se deben escuchar.

Como muchos, quiero la paz sin impunidad, sin privilegios para aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad. Estemos atentos y vigilantes para que esto se cumpla. Pero no echemos más leña al fuego. Con cabeza fría y lenguaje honesto se logra más.