MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Martes, 25 de Septiembre de 2012

Quisiéramos ser optimistas pero…

 

Tal como  viene la tendencia desde hace algo mas de un año, salió de nuevo la preocupante noticia de que el PIB industrial colombiano decreció en un 0.6% en el segundo trimestre de 2012, siendo el único sector con comportamiento negativo en las cifras reveladas por el DANE. Mientras la economía colombiana creció un 4.9%, por el lado de la oferta encontramos que a diferencia de las manufacturas, hay otros sectores con crecimiento positivo;  18.4% en construcción; 8.5% en explotación de minas y canteras; 5.1% establecimientos financieros; 4.3% comercio; 3,9% servicios sociales; 3,6% transporte; 3,6% suministro de electricidad, gas y agua, y 2,2% agricultura.

 

Tal como lo ha venido registrando la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana, la industria que pesa un 13% del total del PIB nacional, sigue cayendo, a pesar del aumento de la demanda en varios sectores. Son trece las cadenas industriales que vienen cayendo por más de tres trimestres consecutivos.

 

Como lo demostramos desde febrero pasado se observa que algunas de las actividades que más vienen cayendo, al mirar crecimiento en lo corrido del año son: i) fabricación de productos de la refinación del petróleo 7.5%, y ii) fabricación de sustancias y productos químicos 4.5%. Aquí es importante destacar que grandes industrias químicas y farmacéuticas han anunciado su intención de retirar su producción de Colombia hacia otros países, por la falta de condiciones idóneas para potenciar sus estrategias de negocio.

 

Es por ello que la Coalición presentó al Gobierno nacional hace un año propuestas tales como: i) la identificación de cadenas industriales estratégicas en cada departamento con alto potencial de generación de exportaciones y empleos; ii) mayor atención a los casos de competencia desleal y control del contrabando; iii) incremento de los recursos y proyectos específicos de investigación científica y  tecnológica dirigidos a la innovación; iv) estímulo a la inversión y a las exportaciones en la industria mediante créditos e incentivos cuando a ello haya lugar; v) mayor atención sobre la política cambiaria; vi) impulso de las compras estatales de productos nacionales, vii) el fortalecimiento de la infraestructura y la logística en Colombia y viii) la reducción en las tarifas de la energía eléctrica y del gas natural para las ramas industriales.

 

El ministro Díaz-Granados, el Presidente de Bancoldex y el Director del Programa de Transformación Productiva vienen trabajando para romper esta tendencia negativa, también es cierto que hace falta una visión transversal y sectorial; de todos los factores que afectan el crecimiento de las diferentes ramas industriales. Asuntos tales como el costo de la energía, la tasa de cambio, la calidad del entrenamiento especializado del recurso humano, la carencia de materias primas, los sobrecostos de la infraestructura y logística aunados a las debilidades en algunos de los eslabones de insumos y productos semi-terminados, son los cuellos de botella que se deben romper para el potenciamiento fabril del país.

 

Quisiéramos ser optimistas pero creemos que más que esperar los anuncios fatales del deterioro industrial mes a mes, es urgente tomar correctivos que den señales inmediatas de la prioridad que tienen las industrias manufactureras para el crecimiento económico y el desarrollo nacional.

 

A las buenas iniciativas del Ministro y sus colaboradores Santiago Rojas y Juan Carlos Garavito, debemos adicionar una política industrial moderna, competitiva y basada en la innovación, para que el país tenga con qué aprovechar con exportaciones, los múltiples TLC negociados durante los últimos años.